Bolivia celebrará elecciones a comienzos de 2020 y sin la presencia de Evo Morales, por primera vez desde su primer triunfo, hace casi 14 años. La presidenta interina, Jeanine Áñez, firmó ayer la esperada ley con la que queda prohibido la segunda reelección de cualquier cargo público, una normativa aceptada por el partido de Evo, el Movimiento al Socialismo (MAS), hecha a medida para prohibir cualquier intento del exlíder cocalero e indigenista de regresar a Bolivia y presentar su candidatura.

“Bendito sea Dios por este día”, exclamaba la mandataria provisional tras estampar su rúbrica junto a la presidenta de la Cámara de Senadores, Eva Copa, del partido de Evo Morales. En lo que no hay consenso es en la propuesta del MAS, por parte de Sonia Chiri, para aprobar una ley para dar inmunidad a Evo Morales, a lo que se niega en rotundo la presidenta y sus afines.

Para el gobierno interino de Áñez, si regresa de México “tendrá que responder” ante la Justicia. “Claro que puede entrar” de regreso a su país, dijo el ministro interino de la Presidencia, Jerjes Justiniano, pero tendrá que enfrentar cargos por terrorismo y sedición, si prospera la denuncia de la Fiscalía.