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La realidad alcanza a AMLO y abre compra de vacunas

Gatell había sentenciado que permitir la compra a estados o privados conduciría a la anarquía

La realidad alcanza a AMLO y abre compra de vacunas

La realidad alcanza a AMLO y abre compra de vacunas

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El jueves, tajante, Hugo López Gatell señaló que los gobiernos estatales no podían comprar vacunas antiCOVID sin llevar a la nación a la anarquía en tiempos de pandemia. Se dio tiempo de hacer comentarios sobre que si alguien iba a Rusia a buscar vacunas, se fuera bien tapado porque estaba haciendo mucho frío. Pero 12 horas después la realidad alcanzó al gobierno de un presidente poco adepto a corregir el camino, y abrió la compra no sólo a los gobiernos de las entidades federativas, sino también a la iniciativa privada.

Las adquisiciones paralelas de vacunas, evidentemente, no pueden realizarse en lo inmediato, ni tampoco para pensar en la primera ronda de vacunación mundial. Las empresas productoras no tienen capacidad para cubrir con rapidez la demanda de gobiernos nacionales y han advertido que no abrirán otras vías de adquisición hasta que esto se resuelva

No obstante, la prolongación y rebrotes de la pandemia hacen evidente que, a la par de que se atiende la emergencia actual, debe preverse lo que pasará a fin de año. Y es allí donde están mirando los gobernadores y la IP.

Estas otras vías para que los mexicanos accedan a la vacunación probablemente se podrán concretar hacia la segunda ronda del año, es decir, meses después de junio. El plan de Nuevo León, por ejemplo, incluye una planta de producción que tardaría 3 o 4 meses en construirse y en echarse a andar.

Pero de que habrá vacunas por otras vías, todo apunta hacia allá. Y que hay un viraje de 180 grados, se hizo evidente, pues la conferencia presidencial del viernes en la mañana le corrigió la plana al subsecretario López-Gatell, quien estaba presente en Palacio Nacional, mirando una y otra vez el celular mientras el Ejecutivo señalaba que el Gobierno de la República no podía impedir compras, porque se trata de salvar vidas y tampoco podía darse el lujo de que digan que impidió que se evitaran más muertes.

López-Gatell se había dado tiempo en una de sus conferencias nocturnas para hacer comentarios chuscos sobre anuncios del secretario de salud de Nuevo León, quien había anunciado que iría a Rusia para buscar un acuerdo sobre vacunas. “En su momento el gobierno de Nuevo León hará ese planteamiento”, señaló el controvertido funcionario, “pues deseamos éxito, si el viaje a Rusia en este momento, que vaya bien abrigado”.

En la conferencia nocturna del jueves, Gatell señaló que no continuar con el monopolio de la compra de vacunas en el Gobierno federal acarrearía quee “cada quien vaya por la suya, no estaríamos estando de un estado, sino una comunidad desordenada y anárquica”.

Gatell abrió desde ese jueves la posibilidad de llegar a consensos, pero siempre con la premisa de que los gobernadores debían aceptar el monopolio federal para favorecer el bien nacional. La realidad, que incluye una estrategia de vacunación muy cuestionada, así como la implementada para contener de la pandemia, obligó a una orden presidencial que ignoró la recomendación “científica” de Gatell. López Obrador ordenó a la Secretaría de Salud a que se permita y se den criterios para compras estatales y privadas de vacunas aprobadas por Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios. (todos están de acuerdo en este último punto).

Los gobierno estatales y los privados no podrán recurrir a vacunas no aprobadas y deberán insertar sus acciones en el esquema federal, es decir, deberán respetar criterios básicos y, se entiende, evitar duplicidades.

Cuando a AMLO se le preguntó sobre el riesgo de anarquía que se estaba abriendo (según lo dicho por Gatell), el presidente dijo “no hay problema, no es fácil conseguir la vacuna, no alcanza la producción”. Y remató que dudaba de que alguna instancia pudiese adelantar la vacunación. “Vamos con pasos de gigante”, dijo el Ejecutivo con la habitual ausencia de elementos de prueba sobre sus dichos. Ni la cancelación de la segunda dosis a los médicos ni el desface obligado a la aplicación a ancianos le hacen ruido.