Opinión

La sanidad vegetal importante responsabilidad social

La sanidad vegetal importante responsabilidad social

La sanidad vegetal importante responsabilidad social

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

En nuestro país se ha presentado una enfermedad denominada covid-19 que ciertamente ha causado un serio problema, no únicamente en la salud de los humanos. También, ha empezado a afectar el suministro de alimentos en muchas partes del mundo por la falta de mano de obra que atienda a los cultivos y fauna que alimentan al hombre. Estamos presenciando una epidemia que, cuando se publique esta nota, se habrá cobrado más de dos millones de muertos en todo el mundo.

Anexo al cambio climático y la energía, las variables centrales para supervivencia del hombre, en el modelo actual que incluye la producción de alimentos son, el mantenimiento de la fertilidad de la tierra, la disponibilidad de agua y el control de plagas y enfermedades de la biota. Variables que hemos venido analizando en Crónica en los últimos 15 años.

Las plagas y enfermedades de las plantas han sido referidas desde tiempos ancestrales. Se señala en la biblia que una plaga es una calamidad grande que aflige a un pueblo y son causantes de desastres sociales. Las más conocidas son las llamadas diez plagas de Egipto, que se encuentran en los capítulos 7 a 12 del Éxodo. La tercera plaga consistió en enjambres de mosquitos que atormentaban al hombre y a los animales. La cuarta fue una plaga de tábanos. La séptima fue una tormenta de granizo. “El granizo destruyó todo cuanto había en el campo en la tierra de Egipto, desde los hombres hasta animales; el granizo machacó toda hierba del campo, y quebró todos los árboles del campo, que atrajo innumerables langostas que devoraron lo que había dejado el granizo". El libro del Apocalipsis (o “Revelación") está lleno de referencias a plagas: las encontramos en los capítulos 6, 8, 9, 16 y 18. En ambos casos, las plagas sirven como “señales" que ayudan a los personajes bíblicos a darse cuenta de que el hombre corrompió el mundo.

Después se han referido otras plagas que han devastado la sociedad, cómo la Gran hambruna de la patata en Irlanda entre 1845-1852 que costó la vida de más de un millón de personas, causada por el hongo Phytophthora infestans que destruyo las plantaciones de papa y que causó un período de crisis alimenticia muy severo. En México es conocido que las siembras de trigo en Sonora fueron atacadas por el hongo puccinia en la década de los 70s, del siglo pasado. Era sorprendente el envío de grandes cantidades de pesticidas para controlar dicho patógeno. Es crítico igualmente revisar el punto, por el interés que existe en reducir el uso de pesticidas para las plagas y enfermedades fitopatológicas, porque no se ha descrito con detalle la crisis social en la cadena alimenticia Esto es la cosecha, la siembra, las actividades culturales que necesitan los cultivos, el transporte, la conservación de los productos del campo, etc.; han sufrido grandes atrasos debido a esta calamidad.

Debemos recordar que, durante las dos guerras mundiales prosperó la física, como se ha referido en la historia de la ciencia, pero además en los países involucrados en estos conflictos se inició una gran cruzada para devastar las plantaciones que se habían sembrado en toda Europa. Este fue el tiempo en que la fitoquímica fue impulsada en los centros de investigación, para producir entre otros herbicidas que dieron origen a las grandes empresas europeas que comercializan dichos productos y que tenían un precio alto por la utilidad que favorecía a las naciones en conflicto. Dentro de la química agrícola se impulsó la investigación básica para relacionar la estructura química con la actividad biológica. Era impresionante el gran impacto que tuvo esta área del conocimiento: La guerra biológica se desató con grandes investigaciones. Los bombardeos en los campos de cultivo no únicamente dañaban las plantas, sino que también dañaron los suelos en los campos de batalla. Existe información del efecto de las bombas en la fertilidad de los suelos y como señalábamos en un escrito anterior en 1918, le otorgaron el premio nobel de química a un alemán que favoreció la creación de fertilizantes químicos, que en la actualidad se procura sustituir.

En 1971 tuve la oportunidad de escuchar una conferencia de un Profesor de la Universidad De Londres R: L: Wain, FRS, CBE que nos impresionó por su generosidad y trato para la audiencia y los estudiantes. Él amablemente me obsequió una tarjeta de presentación, la que me permitió conocer con quién estaba interaccionando. El profesor dictó varias conferencias de lo que llamó Protección vegetal. En una charla posterior el profesor comentó cómo y por qué lo habían hecho miembro de la Real Sociedad y como, comandante del imperio británico, conferencia que ciertamente a muchos nos impactó el saber cómo se traduce la ciencia básica en riqueza. En otras palabras, le fue dado ese nombramiento real por la venta de los productos que había descubierto y patentado y como la empresa inglesa lo comercializó. No tengo idea de cuantas libras esterlinas se deben de vender para que el reconocimiento social de la realeza se le pueda dar al investigador. Creo que esa pregunta sería deseable empezar a considerarla en nuestro ambiente. Saber en el campo científico, por ejemplo, cuánto y quien ha ingresado recursos al país por la venta de sus contribuciones a la ciencia para fortalecer la economía. Es incuestionable que en los países desarrollados, es la ciencia la que produce la riqueza.

Tenemos que trabajar con la ciencia para salir adelante en este tiempo de pandemia. Dentro del análisis histórico propongo recordar y mantener en la mente como ejemplo, la existencia de Nabucodonosor II que entiendo fue el gobernante más conocido de la dinastía caldea de Babilonia, que reinó entre el año 604 a. c. y el 562 a. c.? Es conocido por la conquista de Judá y Jerusalén, y por su monumental actividad constructora como los famosos Jardines Colgantes de Babilonia y por las leyendas en torno a la importancia que dio a la ciencia en su reinado.

Miembro del Consejo Consultivo de Ciencias

Coordinador de Agrociencias de la Academia Mexicana de Ciencias

Profesor del Centro de Investigación Científica de Yucatán