La selva amazónica de Brasil está ardiendo al ritmo más alto desde que el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) comenzó su registro en 2013. En lo que va del año ya se han producido un 84 por ciento más de incendios que en el mismo periodo del año pasado.

Entre enero de esta año y las tres primeras semanas de agosto, se reportaron en Brasil 72 mil 843 incendios, poco más de la mitad de ellos se produjo en la Amazonia, la mayor selva tropical del mundo. Según los datos facilitados por el INPE, de los incendios registrados hasta el 18 de agosto, 38 mil 228 se detectaron en los estados de la Amazonia.

El Estado de Mato Groso, por donde se extiende gran parte de la Amazonia, es la región más afectada por los incendios. Se registraron 13 mil 641 focos en lo que va del año, lo que supone un aumento de un 205 por ciento con respecto al año pasado.

Los territorios indígenas también sufren las consecuencias del fuego, sólo esta semana se han declarado 68 focos en algunos de estos lugares o en zonas protegidas por su valor paisajístico. El Parque Nacional de la Chapada dos Guimaraes, en Mato Grosso, ya perdió el 12% de su vegetación, mientras que en la Serra de Ricardo Franco, en la frontera con Bolivia, el fuego arrasó con un millón de hectáreas.

Bolsonaro culpa a las ONG. El presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, restando responsabilidad al Gobierno, afirmó que las asociaciones de defensa del medioambiente podrían estar detrás de esta oleada de incendios.

“Puede haber, sí, y no estoy afirmando, una acción criminal de esos oenegeros para llamar la atención contra mi persona y contra el Gobierno de Brasil”, declaró este miércoles Bolsonaro. El mandatario insinúa que estas organizaciones actúan en venganza por los recortes en los fondos públicos destinados a su financiamiento.