Opinión

La semana del coronavirus en la CDMX

La semana del coronavirus en la CDMX

La semana del coronavirus en la CDMX

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El coronavirus tiene un ingrediente político que se contagiará esta semana en el país, sobre todo en la Ciudad de México. Están dadas las condiciones para que, además de la alerta epidemiológica, haya un jaloneo político sobre en torno a la capacidad o incapacidad de las autoridades del sector salud para encarar el desafío. Como todos sabemos para los funcionarios vinculados a la salud no ha sido fácil asumir su responsabilidad. Son los más criticados de la 4T, la mayor parte de las veces con justificada razón, por lo que hay poca confianza en que puedan con el paquete.

El tema del virus será recurrente en las conferencias mañaneras del presidente en esta semana. Es un tema que requiere de la participación activa de las ciudadanía para instrumentar las acciones de contención de los posibles contagios. Vienen días complejos. El grado de dificultad aumenta por el entorno de confrontación. Más vale que los ciudadanos saquen la casta y que las autoridades tomen las cosas con la seriedad que ameritan. Las situaciones de crisis ponen a cada quien en su lugar. Los medios de comunicación y las benditas/malditas redes sociales también estarán a prueba. Ya veremos cuál es el saldo.

Arrregladitos para la boda

La hija del Chapo y el hijo de la Emperatriz casaron en Culiacán. No fue una boda discreta, casi clandestina, para no atraer la atención de la gente. Nada de eso, fue un alarde de exhibicionismo. Apartaron la catedral, la cercaron como si fuera suya, contrataron a los padrecitos que suelen ser acomedidos con los narcos y después vino un fiestón de época, con figuras del momento de la música regional mexicana. Todas las autoridades se esmeraron por darle facilidades para que el bodorrio saliera de rechupete.

La novia, Alejandrina Guzmán, es hermana de Ovidio, aquel que fue detenido pero después liberado por las fuerzas armadas que así, dijeron, evitaron una masacre. En fin, la policía se escudó diciendo que las bodas no son un crimen. No lo son, en efecto. Lo interesante sería saber cuántos de los asistentes tienen orden de aprehensión. Cualquier parecido con las bodas de las películas de El Padrino es pura coincidencia. Los del cártel se empeñan en demostrar que los únicos chicharrones que truenan son los suyos, que hay un pacto en el que ellos impusieron las condiciones. Estamos ante un escándalo que rebasa las fronteras, de pena ajena.

Objetivo desestabilizador

Hay grupos políticos a quienes el inicio del segundo periodo del doctor Enrique Graue en la rectoría de la UNAM no les gustó nada. Maniobran para descarrilarlo y empezar en la máxima casa de estudios una espiral que de­sestabilización para concretar un cambio de inquilino del piso 6 de Rectoría que no se pudo lograr por los canales institucionales. Esa es la señal. Enrique Graue y su equipo no tienen margen de error.

Las acusaciones de acoso sexual y laboral contra profesores y funcionarios universitarios no son inventadas. Ahí están. Se dejaron pasar, hubo complacencia o incluso complicidad y se convirtieron en un pretexto ideal para movilizar estudiantes y parar las clases. Las prepas y CCH, que son el sector más vulnerable, ya resienten la embestida. Lo que sigue es que las facultades también se sumen. Activistas vinculados al partido en el poder, que tienen años de experiencia en la lucha subterránea, se piensan graduar en este movimiento.

jasaicamacho@yahoo.com
Twitter: @soycamachojuan