Opinión

La trifulca electoral

La trifulca electoral

La trifulca electoral

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Gabriel García Márquez, en Cien años de soledad, narra que José Arcadio Buendía, perdió la razón, y se violentó a tal extremo que sus familiares tuvieron que amarrarlo a un castaño. Allí le construyeron un tapanco para protegerlo de la lluvia y el sol: “En cierta ocasión en que el padre Nicanor llevó al castaño un tablero y una caja de fichas para invitarlo a jugar a las damas, José Arcadio Buendía no aceptó, según dijo, porque nunca pudo entender el sentido de una contienda entre dos adversarios que estaban de acuerdo en los principios.” (Madrid, Cátedra, 1986, p. 160). José Arcadio Buendía era un loco lúcido. Este fragmento viene a colación porque él tampoco hubiera aceptado intervenir en el juego democrático.

Para que se practique la democracia es necesario que los participantes estén de acuerdo en los principios; que respeten las “reglas del juego” (Norberto Bobbio, “Le regole della democracia”, en Id., Quale socialismo?, Torino, Einaudi, 1976, pp. 42-43). Entre esas reglas destaca (como en el fútbol) respetar las decisiones de la autoridad electoral (el árbitro). Además, a cada cabeza un voto; “todos los ciudadanos que gozan de los derechos políticos deben ser libres de votar de acuerdo con su opinión formada, lo más posible, libremente, es decir, en una competencia libre entre grupos políticos organizados que compiten entre sí para agregar las demandas y transformarlas en deliberaciones colectivas; también deben ser libres, en el sentido de que han de estar frente a reales alternativas que presenten soluciones de diversa índole; vale el principio de mayoría numérica; pero, ninguna decisión tomada por mayoría debe limitar los derechos de las minorías, sobre todo el derecho de convertirse, en el siguiente período electoral, en mayoría.” (p. 43). Norberto Bobbio, agrega que basta la inobservancia de alguna de estas reglas para que ya no se pueda hablar de que estemos en una democracia (ni verdadera ni aparente).

Así de grave es lo que está sucediendo en México con el embate que está sufriendo el Instituto Nacional Electoral (INE) por parte de la Presidencia de la República, el Partido gobernante y el frustrado candidato a la gubernatura del estado de Guerrero, Félix Salgado Macedonio: las reglas del juego democrático que todos los jugadores (supuestamente) se comprometieron a respetar, están siendo violadas flagrantemente.

Valga un señalamiento: la democracia es un método pacífico para dirimir las controversias. Como se dijo durante la Revolución francesa: “en la democracia se cuentan las cabezas, en lugar de cortarlas.” Por el contrario, lo que ha hecho Félix Salgado Macedonio, es una clara incitación a la violencia contra los siete consejeros que votaron por retirarle la candidatura a gobernador.

En un mitin fuera de las instalaciones del INE, Salgado Macedonio dijo: “Los vamos a hallar a los siete, los vamos a buscar y vamos a ver a Córdova. ¿No le gustaría al pueblo de México saber dónde vive Lorenzo? ¿Sí les gustaría saber dónde vive Lorenzo Córdova? ¿Sí les gustaría saber dónde está su casita? De lámina negra, que cuando llueve se gotea y moja su cuerpo, ¡cabroncito, eh!” Y llevó un ataúd con el nombre de Lorenzo Córdova.

Quien ha estado también en la refriega es el presidente nacional de Morena, Mario Delgado: refiriéndose a Lorenzo Córdova y Ciro Murayama les propuso afiliarse al PRI o al PAN para enfrentarse al partido oficial “desde la trinchera correcta.” Además, dijo que era necesario “exterminar” al INE. Concepto, típico del nazismo.

La Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, intervino para hacer un enérgico llamado a Morena y al INE para que conduzcan sus diferencias en el marco de la legalidad y el respeto mutuo. ¡Recórcholis! Es como si el vicepresidente de la Federación Mexicana de Futbol (FMF), intempestivamente, se metiera al terreno de juego para regañar al árbitro y a uno de los equipos, y les dijera que deben de conducirse sin cometer faltas, el uno contra el otro. ¡Un despropósito!

Y es que así se ha conducido el presidente Andrés Manuel López Obrador. Respecto de la querella presentada por Salgado Macedonio, y refiriéndose al INE, en una de las mañaneras, el tabasqueño sostuvo: “Ustedes saben, nosotros tenemos diferencias con autoridades que todavía tienen que ver con lo electoral, diferencias que vienen de lejos, porque consideramos que, no han actuado con rectitud, y se han sometido a grupos de intereses creados, políticos y económicos, y lo saben bien.”

Pero es que, por más que le busquen, aquí no hay retruécanos: lo que hizo “el toro” es ilegal. Las amenazas que profirió contra Lorenzo Córdova ameritan cárcel. Así lo afirmó el ministro retirado, José Ramón Cossio quien citó el artículo 209 del Código Penal de la Ciudad de México para respaldar su dicho.

Convengamos en que esta trifulca es una simple jugarreta: el propósito real es desmantelar la institucionalidad republicana (ya está preparando una reforma electoral que incluirá un INE a modo) e instaurar una autocracia populista. Allí, obviamente, los participantes del juego democrático quedarán excluidos. Serán otras reglas; desaparecerán los acuerdos y como primera norma se impondrá el “yo mando aquí.”

Twitter: @jfsantillan

Mail: jfsantillan@tec.mx