Opinión

Las afores y la BOA

Las afores y la BOA

Las afores y la BOA

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El Presidente López Obrador nuevamente anotó en la agenda pública de las mañaneras, el tema de la reforma profunda al sistema de pensiones de la generación afore. 4 billones de pesos son una razón suficiente para promover un cambio legislativo que permita el acceso a esos recursos directa o indirectamente.

Los columnistas económicos ya emplean la palabra estatización o expropiación de los recursos de los trabajadores. El Grupo Reforma -connotado miembro del BOA (Bloque Amplio Opositor)- publicó en ocho columnas una advertencia del peligro para la economía del país y las graves consecuencias en la inversión en infraestructura, si el Estado asume el control de ese ahorro extraordinario en la historia de México.

Cualquier revisión del sistema debe empezar por una premisa. Sin ahorro no hay financiamiento viable de un sistema de pensiones digno para los jubilados y de amplia cobertura. Los fondos pensionarios a la vista de todos, en las cuentas individuales propiedad de los trabajadores ha sido una “hazaña” para una sociedad que hasta finales del siglo pasado no había logrado acumular esa cantidad más del 15% del Producto Interno Bruto.

Hoy tenemos lo que nunca y un gobierno populista, con la brújula pérdida en la demagogia, que engaña sin descaro al Pueblo que dice defender, pretende quedarse con el dinero propiedad de los trabajadores para dilapidarlo en proyectos faraónicos y financiar una política clientelar empobrecedora, pero que reditúa en las urnas.

El ahorro que se generó durante el denostado neoliberalismo hoy es un botín. Esto era esperable. Desde hace dos años estoy advirtiendo sobre esa fuente de financiamiento de las campañas del 2021, la revocatoria del 2022 y la presidencial del 2024. El presidente podrá seguir de gira permanente arrojando fajos de dinero a las masas para obtener el voto necesario para continuar con su 4a transformación.

En este modelo de política populista, la corresponsabilidad es un antivalor. El esfuerzo, el trabajo y el estudio que son la fuente del bienestar de millones de familias, pasarán al último lugar de lo recompensable. El apoyo en las giras -el clásico acarreo-, el chantaje con la movilización de grupos o la marcha violenta serán la forma de acceder al presupuesto refaccionado con el ahorro de los trabajadores que han cotizado durante más de 20 años en sus cuentas individuales.

El dinero que se debe emplear para financiar en parte las pensiones de la generación afore se consumirá en aras de disfrazar el fracaso de un gobierno desordenado e irresponsable, pero que es hábil para ocultar sus errores creando ilusiones o adversarios ficticios como la mafia del poder y ahora el BOA.

Un poco de demagogia contra el sistema de capitalización individual que administran las afores y supervisa la CONSAR, satanizando a la gestión privada y difundiendo verdades a medias sobre los beneficios que otorga en el largo plazo.

Además, se utiliza el engaño de la idealización del sistema de reparto, que estaba controlado por el Estado, que está en quiebra, y cuyas prestaciones son cubiertas con el presupuesto federal, con los impuestos generales. En el discurso oficial se soslaya que casi el 20% del gasto se destina al pago de pensiones y creciendo a una tasa anual cercana al 10 %.

A lo anterior, si se le agrega el descubrimiento casual de un grupo enemigo del pueblo, que son quienes no se han definido claramente en el “lado correcto de la historia” y no apoyan abierta e incondicionalmente a la 4T, entonces, se crean las condiciones propicias para echarle la mano a los recursos acumulados en las cuentas individuales.

La prisa por cambiar el sistema de pensiones es mucha. El periodo septiembre-diciembre 2020 todavía no está inmerso totalmente en el proceso de electoral de renovación de la Cámara de Diputados en la que Morena tiene una mayoría suficiente para modificar las leyes de seguridad social para acceder a los apetecibles fondos.

La batalla será por la defensa de la propiedad de los recursos de los trabajadores. Los detractores de las afores argumentarán en contra de lo privado en términos ideológicos y el bienestar de las personas en el largo plazo será irrelevante. El año 2040 todavía está lejano en la lógica del oportunismo político, pero demasiado cercano para un gasto destinado al pago de las pensiones de la generación afore, cuyo promedio de edad se encuentra entre los 30 y 40 años.

El BOA es la noticia de la semana y entre ella se escurre la estrategia que puede afectar el futuro de millones de familias de trabajadores. Hay que estar atentos y revisar con cuidado, en su momento, las propuestas de reforma a la seguridad social para que los derechos de la mayoría no se pierdan en nombre del Pueblo representado por un grupo que pierde apoyo político y legitimidad rápidamente. Vale.

Secretario del INAP
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