El comercio informal por parte de colectivos de mujeres feministas que ingresan a diferentes estaciones de la red del Metro se ha incrementado en los últimos meses, provocando la molestia de usuarios y de algunos comerciantes que sí tienen permisos y que han sido desplazados.

Aprovechando la pandemia, y con el argumento de que su economía se ha visto afectada, las mujeres ingresan a estaciones terminales o de correspondencia y en el piso colocan sus productos.

Ellas refieren que no se dedican al comercio informal, sino que se trata de un ejercicio de trueque. Incluso le llaman “Mercadita” a sus puestos semifijos, que se instalan en estaciones como Bellas Artes, donde hace unos días se registró un enfrentamiento con comerciantes de la zona.

Aunque en el Sistema de Transporte Colectivo (STC) el comercio informal no está permitido, autoridades han tolerado a este tipo de agrupaciones para evitar confrontaciones.

Usuarios de este medio de transporte y comerciantes que ofertan sus productos en el subsuelo -entre ellos personas invidentes que denuncian haber sido desplazados- se quejan de esta situación, principalmente en redes sociales, y señalan que las “Mercaditas” afectan la circulación de los usuarios, ya que ocupan amplias zonas de los pasillos de transbordo o de terminales, afectando la movilidad al interior de las estaciones.

De acuerdo con un conteo, se tiene registro que del 1 de febrero y hasta el 18 de abril se han colocado en diferentes estaciones cinco mil 247 personas en distintos puntos de venta, un promedio de 80 personas al día, distribuidas en 20 puntos.

En el Metro es evidente la reducción de comercio informal, ya no se ven a los llamados toreros o pasilleros en las instalaciones, pero ahora estos grupos fueron remplazados por las “Mercaditas”.

En muchos de los comentarios que se difunden en redes sociales, usuarios advierten que la actitud de las vendedoras es hostil hacia quienes cuestionan su actividad en este medio de transporte.