Opinión

Las intrigas de la corte: comedia en actos

Las intrigas de la corte: comedia en actos

Las intrigas de la corte: comedia en actos

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Un pequeño resumen o “abstrac” de este texto podría ser el siguiente: De cómo un mestizo villamelón se acerca al conflicto sobre nuestra representación cultural en España.

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Comedia de intrigas palaciegas

Podríamos empezar esta comedia con la solicitud de renuncia a su cargo de nuestro ex agregado cultural en España, yo no lo conocía hasta que se volvió mediático, aunque me pareció bastante higadín, nada tonto, eso sí. Veamos. De acuerdo con JF, la solicitud de renuncia al marquesado de asuntos culturales del Valle del Anáhuac ante el reino español obedeció a las intrigas del conde MX cercano a la Corte 4T. Es decir, no se trató de una decisión del Tlatoani ni del conde Marcelo, su embajador ante otras cortes o parlamentos mundiales, ambicioso como muchos cortesanos cercanos al Palacio de Anáhuac. Aunque cabría decir que entre sus habilidades cortesanas aún le fallaba una que es de aprendices de cualquier corte pero en la que Marcelo siempre reprobaba: Taller de técnicas para no enseñar el cobre antes de tiempo. Volviendo a nuestro asunto, en las cortes españolas y en las de El Valle de Anáhuac, comentan que tanto ex marqués y como conde MX son berrinchuditos.

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Acercamiento conjetural sin títulos nobiliarios

De la recreación anterior, es decir si la palaciega y veleidosa versión de JF fuera la correcta, su renuncia obedeció entonces a que Max Arriaga, un amigo de la doctora Beatriz Gutiérrez Müller, al sentirse aludido en un artículo de JF, probablemente filoso (advierto que no lo he leído ni de momento lo haré porque el cuate me genera antipatía), intrigó durísimo para que Enrique Márquez ex responsable de la política cultural en todas las embajadas, le pidiera su renuncia pero sin enterar ni a Marcelo Ebrard (su jefe) ni al presidente de la república (jefe de su jefe). Para JF, Enrique Márquez es incongruente o falaz en los argumentos de la carta en la que explica el motivo de separación de cargo, porque fue víctima de intrigas palaciegas. Pero Enrique Márquez lo negó: la decisión la tomó él y por razones que ya había hecho públicas en la carta de marras.

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Cacicazgos y negocios con España

El manejo de la política exterior en España ha cambiado en este gobierno, tanto en el orden cultural como en el económico, que pretenden y deben separarse en ambos terrenos pues hubo abusos y complicidades, que entre otras aberraciones, contribuyó a la consolidación de dos cacicazgos culturales y negocios malísimos para el país en materia de generación y distribución de energía y concesiones de obras. Por lo que respecta al proyecto cultural de México en el mundo se abre con dificultad una política descolonizadora cuyos antagonistas más feroces siguen promoviendo desde un racismo burdo que “si no es por los españoles seríamos unos indios caníbales e incivilizados”. Bajo este antagonismo extremo hay versiones menos brutales pero todavía situadas en negar que en términos históricos nuestra nación proviene de grandes civilizaciones anteriores a la conquista occidental.

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La cultura que no olvida su pasado

Esta polémica es sana, pero no nueva. Hace treinta años en El Búho, Excélsior, se alimentó semanalmente una polémica ajena a las influencias de Paz/Krauze y Camín, a propósito de los 500 años en los que fuimos “descubiertos” o inventados. Desde luego que mostrarle al mundo nuestra cultura prehispánica sin prejuicios colonialistas, requiere, y no hago sino citar las palabras de Enrique Márquez en su carta de renuncia posterior al episodio de JF, “una nueva diplomacia” y un gobierno más firme en materia de política exterior.

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Chivo expiatorio

Si Enrique Márquez se fue por la libre en la renuncia de JF y en encomendarle el nuevo cargo a Brenda Lozano tiene tache. Para mí es un chivo expiatorio de una decisión que debieron tomar el presidente y Ebrard de manera muy ponderada, pero dejaron el trabajo en alguien que hizo todo mal. En un acto de autocrítica inmolatoria, Márquez se consideró poco apto por las reacciones propiciadas primero por la renuncia de JF y luego por el nombramiento de la joven Brenda Lozano quien fue linchada en redes de manera misógina y soez, pero quien por otro lado, no parece afín, ni se le conoce posicionamiento firme, con esta nueva puesta en la agenda de gobierno de nuestra pluriculturalidad a partir de nuestras raíces originarias, mal calificada por ella misma como “filiación ideológica”, que es impulsada incluso desde posiciones mucho más críticas desde la propia izquierda y algunos amigos no me dejarán mentir. En otras palabras, desde el feminismo podría representar a algunas corrientes del actual gobierno, pero desde nuestro origen histórico darle visibilidad y una nueva narrativa a la historia que escribieron los vencedores, es “ideologizante”. El panhispanismo, el panorteamericanismo, con todos sus grados y matices, son corrientes de la historia que se perpetúan y se cabildean con marketing multimodal para que el país siga siendo visto como botín.

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Decisiones tardías

La “sugerencia” presidencial para que Ebrard nombre a una poeta indígena como agregada cultural es afin con la “nueva diplomacia” que representa la secretaría de relaciones exteriores. Pero por qué brindar todo un espectáculo en un asunto que se pudo resolver mediante una comunicación más estrecha primero entre el presidente con su secretario de relaciones exteriores y segundo entre éste y el “siempre leal” doctor Márquez que ya dispara tuits asumiendo posturas de intrigas cortesanas como las de JF. Tranquilxs todes. Faltan tres años y hay que trabajar duro por el mejoramiento del país que nos heredaron los pillastres.