El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció ayer viernes que John Ratcliffe ya no será el candidato a sustituir a Dan Coats como director de Inteligencia Nacional e indicó que “en breve” se dará a conocer un nuevo nominado.

En Twitter, Trump lamentó que “nuestro gran congresista republicano John Ratcliffe está siendo tratado muy injustamente por los LameStream media (juego de palabras entre masivos y patéticos)”, y aseguró que “antes de que pase por meses de difamaciones y calumnias, le expliqué lo miserable que sería para él y su familia lidiar con esta gente”.

Desde que el 28 de julio Trump anunciara la nominación de Ratcliffe, la oposición demócrata y la prensa han acusado a Ratcliffe de falta de experiencia y de haber exagerado su currículum para obtener el puesto.

Lo cierto es que Ratcliffe es uno de los miembros del Partido Republicano más afines a Trump y los demócratas temían que su designación hiciese que los servicios de Inteligencia, que deben ser independientes, quedasen bajo el control del presidente.

De hecho, el nombramiento de Ratcliffe tampoco sentó bien entre los republicanos. Según la CNN, una fuente del partido en el Senado afirmó que: “no conozco a nadie que estuviera entusiasmado con su nombramiento, a excepción de un par de amigos con los que sirvió en la Cámara” y que “la comunidad de inteligencia estaba realmente levantada en armas y muy preocupada”.

En julio de 2018, Trump humilló públicamente a sus servicios de inteligencia al asegurar, tras reunirse con el presidente ruso, Vladimir Putin, en Helsinki, Finlandia, en julio de 2018, que le creía a él cuando dijo que Rusia no interfirió en las elecciones de 2016. De­saires como este motivaron la salida de Coats de Inteligencia Nacional.