Opinión

"Las sedes del poder en Mesoamérica"

La arqueóloga Linda Rosa Manzanilla, miembro de El Colegio Nacional, nos habla de la relevancia de este volumen que coordina

"Las sedes del poder en Mesoamérica"

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy
Primera Parte

Con motivo del lanzamiento del libro Las sedes del poder en Mesoamérica, la arqueóloga Linda Rosa Manzanilla, miembro de El Colegio Nacional, nos habla, en entrevista, de la relevancia de este volumen que coordina y en el que participa con la introducción y el primer capítulo.

Linda Manzanilla es una de las mayores especialistas en el estudio urbano de Teotihuacán.

“Un tema importante a tratar en cualquier sociedad es, sin duda alguna, la comprensión de quiénes gobiernan y desde dónde lo hacen”, señala la arqueóloga Linda Rosa Manzanilla, miembro de El Colegio Nacional, en la introducción del libro Las sedes del poder, volumen editado por El Colegio Nacional y el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM.

–El tema de las sedes del poder en Mesoamérica no deja de tener vigencia, puesto que se sigue realizando un importante trabajo arqueológico ¿Es sobre estos recientes trabajos que podemos leer en el libro Las sedes del poder en Mesoamérica?

–Para este libro, invité a dieciocho investigadores que están representados en los quince capítulos. Doce son mexicanos, cuatro son de Estados Unidos, uno es alemán y el último es guatemalteco. Pero ¿por qué los invité? Porque ellos han excavado o estudiado esos palacios, porque ellos se han enfrentado a ese registro arqueológico o, en el caso de los que trabajan el Posclásico tardío, también al registro histórico. Es decir, han visto las fuentes y lo que las fuentes nos dicen de esos palacios en esa región.

"El tema de las sedes de poder me atañe porque yo estoy excavando un palacio en Teotihuacan, es decir, yo estoy enfrentada al registro arqueológico. Como bien se sabe, no tenemos fuentes escritas para el Clásico teotihuacano, y debemos tomar toda la información que nos da la arqueología, la geología, la paleobotánica, la paleozoología, la química, los isótopos, el ADN antiguo; es decir, debemos tener una perspectiva interdisciplinaria para afrontar el registro arqueológico al no contar con un registro escrito.”

–Lo que se propone en este libro, nos dice en su introducción, es abrir el abanico con ejemplos de varias regiones que antes no han sido expuestas en un mismo volumen. ¿Qué nuevas propuestas se incorporan en este material?

–Éste es el primer libro publicado en México sobre este tema; nunca antes se habían tratado distintas regiones y distintos tiempos en un volumen. En Estados Unidos se han publicado algunos sobre palacios mayas, pero en México es la primera vez que tenemos un material escrito por quienes estudian y excavan esos palacios, esas sedes del poder. Y lo que se ve es un tránsito desde el Clásico –en el que el poder es fuertemente simbólico; es decir, los reyes, los gobernantes están personificando deidades– al Posclásico tardío, donde el poder es de conquista militar, económico por el tributo y político. Se observa el tránsito desde las distintas esferas del poder.

"Así, me interesaba que estuvieran representados distintos sectores de Mesoamérica. Está el centro de México, con estructuras palaciegas de Teotihuacan durante el Clásico, de dos sitios epiclásicos y los ejemplos aztecas; también está Oaxaca en el Clásico y en el Posclásico; está presente Michoacán, y es la primera vez que se presenta un palacio del gobernante del Tzintzuntzan estudiado desde las fuentes escritas y lo que la arqueología nos dice de esos distintos sectores funcionales del palacio; está también la costa del Golfo con el caso del Tajín y obviamente el área maya. En el área maya hay varios ejemplos tanto del Clásico como del Posclásico representados por Aguateca, Palenque, Calakmul, Uxul, Uxmal, Dzibilchaltún y Chichén Itzá, distintos periodos, distintas sociedades, distintos asentamientos mayas.

Asimismo, me interesaban exponer tiempos diversos. Veremos el Clásico, primer momento de aparición del Estado en Mesoamérica; también Epiclásico, después de la caída de Teotihuacan, y el Posclásico tardío, el tiempo de los imperios. Es decir, se trata de momentos diversos, pero de estados distintos también.”