Las Zonas Económicas Especiales, creadas a semejanza del modelo chino en el sexenio pasado, fueron pensadas para brindar condiciones fiscales y laborales favorables para la inversión directa. Los decretos que las formalizaron tardaron en llegar y ahora, a tres meses del arranque de la nueva administración, queda claro que el futuro de varias de ellas es incierto.

A pesar de que industriales pidieron ante el Presidente la reactivación de este programa, el nuevo responsable del mismo dentro de la Secretaría de Hacienda, Rafael Marín Mollinedo, anunció hace un día que el mismo está en revisión y que se cuenta con opiniones de especialistas en el sentido de que era excesivo el número de zonas especiales proyectadas por la administración de Peña Nieto.

Pero hay una razón más, de peso, para esta revisión. El propio Marín señaló que la reducción de impuestos que se daría en varios puntos del país va en contra de la política general del Sistema de Administración Tributaria, que intenta recaudar la mayor cantidad de recursos posible.

Además, el nuevo responsable no ve flujos de inversión suficiente en Coatzacoalcos, Salina Cruz, Lázaro Cárdenas y Tapachula, que se supondrían muy atractivas.

A pesar de ello, el presidente de la Cámara Nacional de la industria de la Transformación (Canacintra), Enoch Castellanos Férez, señaló ayer que si las Zonas Económicas Especiales desaparecen, se cometería un error estratégico para la región sur-sureste del país, afirmó.

Curiosamente, el presidente López Obrador tiene su mirada puesta en esa misma región, pero en su visión y la de su antecesor en la Presidencia sólo coinciden áreas del Istmo de Tehuantepec. Tanto EPN como AMLO decidieron que debía relanzarse la idea de un gran corredor comercial entre el Golfo de México y el Pacífico.

La Ley Federal de las Zonas Económicas Especiales fue publicada el 1 de julio de 2016 en el DOF, aunque los decretos de creación tardaron un par de años en aparecer.

Para el líder industrial Castellanos Férez los proyectos amlistas, como la refinería de Dos Bocas, el Tren Maya y el corredor Transístmico, no son una razón para suspender las Zonas Económicas Especiales.