Opinión

Limpiar a la GN a costa del Ejército

Limpiar a la GN a costa del Ejército

Limpiar a la GN a costa del Ejército

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La urgencia con la que la Secretaría de la Defensa Nacional fue obligada por la Presidencia de la República a deslindar a la Guardia Nacional de tres militares acusados de secuestro y el apresuramiento con que la Sedena se los atribuyó y sugirió su responsabilidad, ha causado un nuevo malestar en la jerarquía militar.

Altos mandos no sólo creen que es prioritario cuidar la imagen y 106 años de existencia del Ejército Mexicano y su larga historia que refleja la del México Constitucional, también es necesario cuidar los altos niveles de credibilidad y prestigio de los que todavía a finales de año pasado gozaba, por lo que no se debe mentir.

En el caso de los militares secuestradores —aseguran—se ha mentido. Sí formaban parte de la Guardia Nacional, como todos los policías militares y navales del país, conforme a las disposiciones emitidas recientemente.

No obstante, a la Secretaría de la Defensa Nacional se le exigió que “por ningún motivo resultara implicada la Guardia Nacional en esos hechos” (sic), a decir de los entrevistados.

A quienes consultamos oficialmente sobre la participación de tres soldados, —dos hombres y una mujer—pertenecientes al Batallón número 20 de la Policía Militar con sede en San Miguel de los Jagueyes—  en el secuestro de un menor de edad localizado con vida en Huehuetoca, Estado de México, nos revelaron:

“Todos, todos los elementos de la Policía Militar están dentro de las filas de la Guardia Nacional, sólo que en el caso de estos tres no se encontraban en operatividad en ese momento”. Uno más de las dicotomía que envuelve a la Guardia Nacional, cuyos elementos en un momento pueden ser militares y en otro civiles, de acuerdo a su conveniencia.

Debe recordarse que al iniciar la conformación legislativa de la Guardia Nacional se planteó que estaría conformada en su mayoría por miembros de los batallones de la policía militar, con lo que se le otorgaría el carácter de policía y no de militar (eso dijeron de verdad).

Lo mismo intentaron hacer con la Policía Naval al asignarla a la Guardia Nacional, hasta que se supo que ni la propia Policía Naval existía en la Ley Orgánica de la Armada de México.

Por lo tanto, los tres soldados involucrados en el secuestro de un menor de edad, cuyos padres, por cierto, son dirigentes del partido Morena en Petatitlan, Guerrero, sí se encontraban adscritos a la Guardia Nacional como todos los policías militares de este país.

La idea de mantener impoluta a la Guardia Nacional, es un objetivo sumamente difícil de cumplir, pese a la insistencia del presidente López Obrador, porque tan sólo en las últimas semanas,  soldados mexicanos han estado relacionados con delitos de alta envergadura que hablan del abuso de autoridad y su grado de traición.

Uno, el soldado, que como encargado de llevar el registro de las armas canjeadas por ciudadanos a cambio de frijoles, semillas y maíz, las traficaba en la frontera y fue detenido in fraganti en su vehículo al lado de su esposa.

Otro es justamente el del secuestro del menor de edad en Guerrero y localizado en una casa de seguridad muy cerca del principal batallón de la Policía Militar; y un tercero, apenas hace unas horas, la detención en la Central de Autobuses de Tepotzotlán de dos elementos de infantería pertenecientes a la Policía Militar en posesión de nueve pistolas y 5 mil cartuchos útiles escondidos en un doble fondo de su equipaje.

En los tres casos, las autoridades informaron que los soldados fueron puestos a disposición de la Fiscalía General de la República. Y es ahí justamente ahí donde se observa su pertenencia a la Guardia Nacional, cuando ya no son llevados al fuero militar, sino sólo al civil.

Pese a la doble cachucha de la GN y el Ejército Mexicano, va a ser muy difícil engañar a la población, porque al final, son los mismos.