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Llegando al Supermartes, ¿se convierte la carrera demócrata en cosa de dos?

Si los caucus en Nevada de la semana pasada fueron importantes porque era la primera vez que entraba en juego el voto latino –y se lo llevó Bernie Sanders— las de ayer lo eran porque por primera vez votaba una gran base de afroamericanos.

Si los caucus en Nevada de la semana pasada fueron importantes porque era la primera vez que entraba en juego el voto latino –y se lo llevó Bernie Sanders— las de ayer lo eran porque por primera vez votaba una gran base de afroamericanos.

Llegando al Supermartes, ¿se convierte la carrera demócrata en cosa de dos?

Llegando al Supermartes, ¿se convierte la carrera demócrata en cosa de dos?

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Todas las encuestas pronosticaron la victoria de Joe Biden anoche en las primarias demócratas en Carolina del Sur. Pero todas se equivocaron. No por el resultado, sino porque la diferencia fue mayúsculamente más amplia de lo que ningún sondeo se atrevió siquiera a insinuar.

Si los caucus en Nevada de la semana pasada fueron importantes porque era la primera vez que entraba en juego el voto latino –y se lo llevó Bernie Sanders— las de ayer lo eran porque por primera vez votaba una gran base de afroamericanos. Sabíamos que Biden contaba con su respaldo, en buena medida gracias a su rol de vicepresidente en el gobierno de Barack Obama, pero el ascenso de Sanders en las últimas semanas aspiraba a pegar un buen mordisco a esa base de votos. No lo logró.

Pero más allá de eso, las primarias de anoche en Carolina del Sur son relevantes también porque son las últimas antes del Supermartes del 3 de marzo, donde se elegirán un tercio de todos los delegados en esta carrera de fondo hacia la nominación.

Desde su posición de favorito, a Sanders no le inquietaba perder anoche, pero hacerlo de forma tan clara es otra cosa. El problema no son los delegados que dejó de ganar, pues solo había 54 en juego, sino el tiempo. En otro contexto, el efecto anímico que logre Biden con su victoria podría disiparse en apenas días, pero estando tan cerca del Supermartes, puede influir en el estado de ánimo de los votantes en estados tan importantes como California o Texas y alterar de manera decisiva unos resultados que serán decisivos.

De entrada, podemos dar por casi seguro que el efecto Pete Buttigieg está tocado de muerte. El joven exalcalde de South Bend logró excelentes resultados en las dos primeras citas en Iowa y New Hampshire, donde el voto era esencialmente blanco, pero se trastabilló en Nevada y su ocho por ciento de votos de ayer le acerca más a abandonar la carrera que a la nominación.

El problema para Buttigieg no es tanto el ocho por ciento de votos sino Biden, porque es parte de su mismo sector moderado. Y lo mismo le ocurre a Amy Klobuchar, con quien también comparte electorado e hizo todavía peor papel.

Las perspectivas también son malas para Elizabeth Warren, quien pese a tener un buen debate la semana pasada no cuajó un buen resultado en Nevada, y tampoco lo hizo ayer en Carolina del Sur. Sin duda, ella es la principal perjudicada, al menos en el corto plazo, por el efecto Sanders.

Entonces, vamos al grano: ¿Será ahora la carrera demócrata cosa de dos? Pues no, porque aunque el gran triunfo anoche de Biden puede haber aniquilado las opciones de Buttigieg y Klobuchar, le falta otro de los moderados: Michael Bloomberg, que lo ha apostado todo al Supermartes, donde se estrenará en las boletas (entrar más tarde ya no tenía sentido, por supuesto).

Por tanto, la cita del martes también será decisiva porque podremos calibrar por fin cuál es el apoyo real del exalcalde de Nueva York, que se ha ganado a pulso la antipatía del electorado demócrata más progresista pero que cuenta con el favor del establishment centrista del partido y que, pese a su mal papel en los debates, se mantiene en un sólido tercer lugar en las encuestas a nivel nacional.

marcelsanroma@gmail.com