Opinión

Locomotoras atrofiadas

Locomotoras atrofiadas

Locomotoras atrofiadas

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La pretendida marcha del progreso ha sido detenida por la inesperada aparición del SARS-CoV-2. Las locomotoras del progreso que jalan al resto de los vagones no solamente han resultado averiadas, sino que han mostrado atrofias. Hay quienes hablan de un quiebre en la configuración del sistema internacional, prefigurando que China será el polo principal de estructuración del nuevo orden internacional por encima de Estados Unidos y el llamado mundo occidental. Está por verse, pero ciertamente la distopía global que ha subrayado la pandemia parece tomar bríos a partir de esta triste y compleja coyuntura.

No es secreto que las más altas cifras de contagios y fallecidos se concentran por el momento en los países más desarrollados, con Estados Unidos a la cabeza. Tomado así parece un problema referido al nivel de desarrollo entre naciones, pero justamente la atrofia más delicada tiene que ver con la composición misma de esas afectaciones y la enorme disparidad social que se anida en sus entrañas, por decirlo dramáticamente, pero que también sirve para reflexionar sobre el significado mismo de la desigualdad en todo el mundo, ya sea en países adelantados o rezagados, y respecto de la profunda contradicción subyacente entre riqueza minoritaria y pobreza extendida.

Se calcula que en las últimas semanas en Estados Unidos, cerca de 30 millones de personas han perdido su empleo y con ello su seguro médico, a diferencia de otros países occidentales que poseen un sistema público de salud. La crisis sanitaria ha puesto el dedo en la llaga respecto de la relación existente entre el nivel socioeconómico y la salud de los integrantes de la sociedad: se estima que más del 30% de las muertes por COVID-19 son de afroamericanos, en tanto que los pobres, los enfermos y los ancianos representan cerca de un millón de infecciones y 57 mil muertes. (Sanders, Bernie y Jayapal Palmira, “The pandemic has made the US healthcare crisis far more dire. We must fix the system”, The Guardian, 2 mayo 2020, theguardian.com) De acuerdo con la OMS, al 5 de mayo, se cuentan 1,125,719 infecciones y 60,710 fallecidos. (covid19.who.int)

La crisis sanitaria global ha abierto la puerta a otras crisis que ocurren simultáneamente y ruedan a diferentes velocidades en las distintas regiones, países y localidades en lo político lo económico y lo social. La esperanza de construir un mundo mejor a partir de esta crisis debe mantenerse, pero las señales en las últimas semanas han dejado en claro que no serán suficientes los llamados a la solidaridad; son pocos los que los escuchan y la tentación de repetir las recetas del pasado es mucha.

En un artículo reciente, el premio Nobel de Economía, Paul Krugman, pregunta cómo es posible que la economía se hunda y la bolsa de valores suba en el marco de esta crisis. Valga señalar que si acaso hay algún sitio desesperanzador en el mundo hay que buscarlo en el mercado de valores, el cual puede ser perfectamente indiferente a la tragedia humana, pero se pone muy nervioso cuando se desploma el precio del petróleo en plena pandemia, por ejemplo. Desde luego que existe una racionalidad económica para explicar estos fenómenos, pero no deja de decepcionar a ojos del simple espectador. Volviendo a Krugman, nos dice que las bolsas no son la economía, ya que “la relación entre el comportamiento de las acciones —regido en buena medida por la oscilación entre la avaricia y el miedo— y el crecimiento económico real siempre ha sido entre laxa e inexistente”, además de que existe la sensación de que las acciones están fuertes precisamente porque la economía real está débil, de manera que “los inversores están comprando acciones en parte porque no tienen ningún otro sitio al que ir.” (Krugman, Paul, “La economía se hunde, la Bolsa sube: ¿qué está pasando?”, El País, 3 mayo 2020, www.elpais.es)

En el plano político, las acciones coordinadas a nivel internacional brillan por su ausencia ante la recurrencia de actitudes hostiles y competitivas por los ventiladores y demás equipos médicos de protección, pero sobre todo por la ausencia de liderazgos internacionales. Pero eso es apenas el inicio de la historia.

Volveremos al tema.

gpuenteo@hotmail.com