Opinión

López Obrador en Washington D.C.

López Obrador en Washington D.C.

López Obrador en Washington D.C.

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El miércoles de esta semana el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que en los primeros días de julio viajará a Washington D.C. para encontrarse con su homólogo, Donald Trump. El viaje sería para celebrar la entrada en vigor del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

El nuevo convenio trilateral entrará en operación el 1 de julio, día en que, por cierto, AMLO festeja el segundo aniversario de su triunfo electoral. En consecuencia, el tabasqueño descartó que el encuentro con Trump pudiese darse en esa fecha; habrá, aquí en México, un guirigay para conmemorar su victoria. “Pero puede ser inmediatamente después, porque tiene que llevarse este encuentro en los primeros días del inicio del tratado,” comentó. Pero, no tan inmediatamente, porque el 4 de julio es el día de la Independencia de la Unión Americana, o sea, el día más importante en el calendario en esa nación. Así es que la fecha más probable tendría que ubicarse entre la segunda y la tercera semana de julio.

Por su parte, el presidente Donald Trump, anunció el martes pasado que pronto se reuniría con su colega mexicano. Por cierto, esta sería la primera vez que AMLO viajara al extranjero desde que tomó posesión como presidente, el 1 de diciembre de 2018.

Trump y López Obrador tomaron el arranque del T-MEC como pretexto para reunirse. No obstante, esta decisión tiene profundas implicaciones políticas.

En Estados Unidos habrá elecciones presidenciales el 3 de noviembre de este año. En consecuencia, los partidos políticos, republicano y demócrata, están en plena campaña electoral. Donald Trump, del partido republicano, tiene la intención de reelegirse; Joe Biden, expresidente durante la administración de Back Obama, será el aspirante demócrata.

Una encuesta realizada por el The New York Times y el Siena College, publicada el miércoles 24 de junio, mostró que Biden le lleva 14 puntos de ventaja a Trump. Esta brecha, que tiende a ampliarse, tiene múltiples explicaciones; pero hay dos motivos fundamentales que le dan sentido: En primer lugar, el pésimo manejo de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus que ha puesto a Estados Unidos en el nada honroso, primer lugar entre los países con más contagios y muertes por la epidemia. En segundo lugar, pero no menos importante, la agudización del conflicto racial que tomó una fuerza inusitada el 25 de mayo con el asesinato de George Floyd a manos (o, mejor dicho, bajo la rodilla derecha del oficial Derek Chauvin) de la policía de Minneapolis, Minnesota, y que ha provocado una oleada de protestas en todas la Unión Americana contra la xenofobia y la brutalidad policiaca. La consigna del movimiento es Black Lives Matter (las vidas negras importan) y ha tenido réplicas en muchas naciones.

En estas circunstancias de apremio electoral, cuando va abajo en las encuestas, Trump busca congraciarse con la comunidad hispana y, en especial, con los votantes de origen mexicano. De allí su interés en invitar a López Obrador a la Casa Blanca. Eso explica el enojo de nuestros paisanos. El representante (diputado) Joaquín Castro (Demócrata-San Antonio) miembro del Comité de Inteligencia de la Casa de Representantes (Cámara de Diputados) afirmó que esta visita está llena de riesgos porque a menos de cinco meses de que se celebren los comicios presidenciales se está interpretando “por parte del Congreso como una señal de que una nación ya ha tomado, claramente, una posición política a favor de una de las partes en la contienda doméstica. Uno tendría que evitar, de todas las formas posibles, una cosa así.” (The Dallas Morning News, 25/06/2020) La opinión de Joaquín Castro es importante porque además de ser miembro del Congreso es presidente de la Junta Política de Congresistas Hispanos. Castro no se limitó a hacer estas declaraciones a los medios de comunicación, sino que le hizo saber a la embajadora de México en Estados Unidos, Martha Barcena, su “profunda preocupación” por el próximo viaje del presidente de México a Estados Unidos.

La visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Washington D.C. se ha tomado, en los círculos políticos norteamericanos, como un respaldo tácito a la reelección de Donald Trump. Es una apuesta perdedora y, en consecuencia, peligrosa para él y para México. Los demócratas no lo van a olvidar y no se lo van a perdonar cuando estén en la Casa Blanca y controlen el Congreso.

AMLO pasó por alto los agravios que hemos sufrido los mexicanos por parte de Trump desde que anunció su intención de competir por la nominación republicana, el 15 de junio de 2015: “Cuando México nos manda a su gente no manda lo mejor de ese país… Mandan a personas que traen un montón de problemas y arrastran esos problemas: drogas, crimen. Son violadores.” En esa misma ocasión Trump sostuvo, enfáticamente, que levantaría un muro a lo largo de la frontera entre ambos países.

Durante su mandato Trump ha insistido en vincular a los mexicanos con la violencia y el delito. Ahora que está en apuros pide nuestro apoyo. No debería de ser así; AMLO tendría que cancelar esa visita.

Twitter: @jfsantillan
Mail: jfsantillan@tec.mx