Opinión

Los desafíos del cambio

Los desafíos del cambio

Los desafíos del cambio

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy
Ricardo Espinoza Toledo*
 

“Este año dejaremos establecidas las bases del cambio de régimen”, afirmó el Presidente en el Zócalo, el primero de julio, a un año de haber sido electo y a siete meses de asumir el cargo. Y las opiniones se dividen entre quienes dicen que va muy rápido y quienes sostienen, al contrario, que hace falta mayor contundencia en las acciones anticorrupción.

Otros, aunque el país no cayó en la inestabilidad económica que auguraban con el inicio del nuevo gobierno, tampoco le reconocen aciertos en la gestión. Las medidas hasta ahora tomadas por el gobierno disgustan sobre todo a quienes están en el circuito burocrático o tenían negocios jugosos con los gobiernos anteriores. Tal vez existen otros caminos para la regeneración del país, es parte del debate, lo único cierto es que al gobierno no le está permitido seguir la ruta de lo que no funcionó. Ése es el reto.

Un eje estructurador de la acción gubernamental es el combate a la corrupción y a la impunidad. Por ello, una primera decisión consistió en frenar las adquisiciones y la distribución de recursos públicos, y trabajar en su saneamiento. Era un paso obligado. El daño patrimonial por la fuga de los recursos públicos, el saqueo y el robo de combustibles estaban paralizando al Estado.

Recuperar el control sobre el presupuesto público es la base para impulsar el desarrollo del país. Se puede entender porqué la política de austeridad no es una opción más, sino una condición impuesta por el crecimiento desmesurado de la burocracia, su ineficacia, la corrupción y la pretensión de eliminar la función social del Estado.

El endeudamiento del país llegó casi al límite. Entre los tres gobiernos anteriores llevaron la deuda externa a casi la mitad de lo que el país produce. Sumada a la deuda de Petróleos Mexicanos, de la Comisión Federal de Electricidad y a la de los estados, el monto es insostenible, y se debe ir pagando tanto el capital como los intereses, también elevados. Una medida paralela a la que recurrieron esos gobiernos fue el aumento de impuestos a los de siempre, simultánea a la condonación de impuestos a grandes empresas. En el actual, si por ahora no hay endeudamiento externo ni nuevos o mayores impuestos, sólo queda la austeridad. Es una medida radical para una situación extrema, aunque no exenta de daños y errores en su instrumentación.

La titular de la Comisión Nacional del Deporte explicó la situación financiera por la que atraviesa esa institución (3 de julio de 2019), de acuerdo con lo cual, muy pronto no tendrían recursos para el pago de salarios ni de la luz. Algo parecido sucede en otras ramas de la estructura estatal. El tema de salud es particularmente delicado. Si bien los recortes en la burocracia, la reducción de los altos salarios y acabar con gastos superfluos apuntan a la recomposición del Estado, en lo inmediato es también un medio para mantener el funcionamiento regular del sistema institucional. La subasta de bienes que antes estaban al servicio de funcionarios federales, así como de los asegurados a la delincuencia, contribuyen a financiar la política social. Es parte del Estado despedazado que dejaron los gobiernos anteriores y que es obligado reconstruir.

Hay márgenes estrechos para las nuevas políticas. Las fuerzas sociales nacionales enfrentan sistemáticamente la resistencia de los adversarios de la Cuarta Transformación. El gobierno se mueve en un terreno minado por intereses particulares muy poderosos opuestos a cualquier cambio. No podía ser de otra manera. Al mismo tiempo, la dependencia respecto del mercado norteamericano condiciona la acción del gobierno. Y si a todo eso agregamos la presión de las calificadoras de riesgo crediticio (Fitch Ratings, Moody’s y otras), ahora dedicadas a cuestionar las políticas públicas, la intención de frenar al gobierno parece estar presente.

La experiencia de François Mitterrand en la presidencia de la República en Francia ilustra los obstáculos que enfrentan gobiernos críticos a las políticas de pillaje. Socialista y pragmático, muy pronto las presiones del capital lo empujaron a una encrucijada: o moderar su programa de gobierno que planteaba combatir el depredador sistema capitalista o llevar al país a la quiebra y a la inestabilidad por la salida de capitales. Obligado por las circunstancias, ­Mitterrand tuvo que optar por una solución intermedia, y fue exitoso. El Programa del gobierno mexicano es incluso más moderado que el finalmente adoptado por el francés.

Un logro del nuevo gobierno es el control de la inflación. Es un dato relevante. La de por sí debilitada capacidad adquisitiva de las mayorías está inicialmente protegida por ese hecho. Tampoco hay estancamiento de la economía ni recesión. El crecimiento es bajo, pero crecimiento al fin. A la vez, programas como Sembrando vida, Jóvenes construyendo el futuro, la construcción del Tren Maya, la del tren transístmico y de la refinería de Dos Bocas están concebidos para dar empleos e impulsar el desarrollo; la ayuda directa a niños, estudiantes y adultos contribuye a la seguridad material de los participantes; la seguridad física es, desde ahora, tarea de la Guardia Nacional.

Las conferencias mañaneras del Presidente López Obrador tienen sus virtudes. Una de ellas es que le permiten superar el cerco de medios comerciales y de voceros antes al servicio del poder. Otra, fundamental, es que se trata de un foro en el que se presenta información de primera mano, lo que, a la vez, permite salirle al paso a la difusión de noticias distorsionadas. Es sorprendente la cantidad de personas que escucha al Presidente todos los días, en directo. La sed de información en el país es la reacción contra la opacidad de los gobiernos anteriores.

En condiciones adversas y de gran vulnerabilidad por las condiciones del país, el cambio demandado debe materializarse día a día en garantías al ejercicio efectivo de los derechos sociales y civiles. Es el sustento de la transformación nacional.

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Profesor-investigador del Departamento de Sociología de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana