Opinión

Los presos, en el Jueves Santo

Los presos, en el Jueves Santo

Los presos, en el Jueves Santo

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Este Jueves Santo, las personas privadas de su libertad estuvieron en el centro del mensaje que dio la Iglesia, durante la ceremonia del Lavatorio de Pies, que celebraron, tanto el papa Francisco en Roma, como el propio Arzobispo de México, Carlos Aguiar Retes, en la Catedral Metropolitana, y sin duda, algo similar hicieron muchos obispos más.

Francisco no es el primer Pontífice que realiza esta ceremonia o visita reclusorios. Se sabe que Juan XXIII estuvo con presos de la cárcel Regina Coeli en Roma en 1958, como también lo hizo Paulo VI, incluso, durante su viaje pastoral a India.

En el caso de Francisco, desde el inicio de su pontificado, en 2013, trasladó la ceremonia del lavatorio de pies de la Basílica de San Juan de Letrán a un reclusorio italiano donde llevó al cabo el ritual, y lavó los pies a 12 presos de distintas nacionalidades en un centro de detención juvenil en Roma: el centro Casal del Marmo, y en 2014, la misma ceremonia la hizo con discapacitados del Centro Santa María de la Providencia.

En la Semana Santa de 2015, volvió a lavar los pies a 12 reclusos, hombres y mujeres, en la cárcel de Rebibbia, a las afueras de Roma. Fueron dos mujeres nigerianas, una congoleña, dos italianas, una ecuatoriana y al hijo de una de ellas. También a un hombre de nacionalidad brasileña, a otro nigeriano y a cuatro italianos.  La celebración tuvo lugar en el templo de la prisión, la Iglesia del Padre Nuestro a la que asistieron 300 personas detenidas.

Sin embargo, ésta fue la primera vez que se trasladan presos a la Catedral de México para participar de manera voluntaria en esta ceremonia religiosa. Todos ellos son católicos y desde tiempo atrás, vienen colaborando con la Pastoral Penitenciaria como catequistas internos y en las actividades que se realizan en el Centro Varonil Norte.

“A ustedes los han elegido como Jesús eligió a sus discípulos, les agradezco su disposición y espero que Dios mueva sus corazones para bien y que ustedes encuentren un consuelo, aún dentro de las condiciones en las que ahora se encuentran", les dijo el Cardenal. Posteriormente les regaló unos rosarios que fueron bendecidos por el papa Francisco y unas estampas con la imagen del Pontífice.

Durante su visita a México, el papa Francisco dio un mensaje de aliento a los internos en reclusorios a través de varios verbos cargados de dinamismo en su discurso: “Luchen para revertir las situaciones que generan más exclusión; hablen con sus familiares y amistades; cuenten su experiencia, su propia historia; ayuden a frenar el círculo de violencia y exclusión; conviértanse en profetas de la sociedad; trabajen para que esta cultura que descarta a la gente, que la considera de­sechable, no siga cobrando más víctimas.”

Finalmente, el papa Francisco habló al personal que trabaja en las cárceles y agradeció de manera especial a los capellanes y voluntarios que mantienen viva la esperanza del Evangelio de la misericordia en los reclusorios: “Todos ustedes no se olviden, pueden ser signos de las entrañas del Padre”.

Carlos Villa Roiz