Cultura

Los pueblos originarios siguen siendo objeto del despojo, señala Juan Villoro

EL COLEGIO NACIONAL. “La Conquista trajo el instrumento maravilloso en el que puedo decir estas palabras, pero también trajo su gestión, el control, la dominación. “Cuando seamos una nación de naciones y respetemos nuestra auténtica multiculturalidad podremos estar cerca de tener un país equitativo y un país donde la lengua no sea instrumento dominante”, añade el Premio Crónica.

EL COLEGIO NACIONAL. “La Conquista trajo el instrumento maravilloso en el que puedo decir estas palabras, pero también trajo su gestión, el control, la dominación. “Cuando seamos una nación de naciones y respetemos nuestra auténtica multiculturalidad podremos estar cerca de tener un país equitativo y un país donde la lengua no sea instrumento dominante”, añade el Premio Crónica.

Los pueblos originarios siguen siendo objeto del despojo, señala Juan Villoro

Los pueblos originarios siguen siendo objeto del despojo, señala Juan Villoro

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

"El lenguaje ha sido un instrumento de dominación y también ha sido un instrumento de liberación. No se puede hablar de la Conquista sin hablar del idioma que se impuso a través de ella y al mismo tiempo sabemos que gracias a ese idioma hemos podido hacer un ejercicio de crítica de la misma Conquista" comentó el escritor Juan Villoro (Ciudad de México, 1956) durante la conferencia Conquista y la contraconquista: la literatura como hegemonía y liberación impartida ayer en El Colegio Nacional.

El también Premio Crónica señaló durante el IV Encuentro Libertad por el Saber: 1519. A quinientos años, que es oportuno reflexionar sobre un tema coyuntural: que España pida perdón a México por las muertes de la Conquista sucedida hace cinco siglos.

“Yo creo que somos nosotros los que tenemos que pedir perdón. No vale la pena mandar las facturas de lo que somos hoy en día a lo que ocurrió hace 500 años. Al iniciarse la vida del México Independiente el 70 por ciento de la población hablaba al menos una lengua indígena”, detalló.

El tema de la dominación y de la hegemonía sigue estando presente en México y no deja de desafiarnos a través del tiempo, agregó Villoro.

“La Conquista trajo el instrumento maravilloso en el que puedo decir estas palabras, pero también trajo su gestión, el control, la dominación. Cuando seamos una nación de naciones y respetemos nuestra auténtica multiculturalidad podremos estar cerca de tener un país equitativo y un país donde la lengua no sea instrumento dominante”, opinó.

Juan Villoro recordó que existen hablantes de lenguas indígenas juzgados por la ley en español, una lengua que no entienden.

“La tensión no dejará de ocurrir, pero debemos reconocer que gracias a grandes cronistas de Indias, gracias al ejemplo resistente de los frailes ilustrados que recogieron la Relación de Michoacán, gracias a los escritores que una y otra vez se han referido al tema de la Conquista y han buscado en la literatura un instrumento liberador y de contraconquista, podemos plantear estos temas y llegar a un momento para superarlos”, señaló.

¿Qué tanto han cambiado las cosas en el 2019?, lanzó la pregunta el Premio Herralde 2014 por su novela El testigo.

“Debemos de reconocer que los pueblos originarios siguen siendo objeto del despojo y que tenemos un colonialismo intrahistórico. Cuando terminó la Independencia de México, a principios del siglo XIX (según señala la lingüista mixe Yásnaya Aguilar), el 70% por ciento de la población hablaba lenguas indígenas o tenía contacto con ellas; hoy en día menos del 10% las habla”.

Es el México independiente —agregó— el que ha destruido estas lenguas originarias y muchas de ellas se mantienen en un estado muy precario.

“De pronto aprendemos toponímicos de procedencia indígena por las tragedias que ahí ocurren, como la matanza de Acteal, las fosas comunes de Tetelcingo, la desaparición forzada de 43 estudiantes en Ayotzinapa”, externó Villoro.

El autor de La utilidad del deseo se refirió al movimiento zapatista que se levantó en armas 1 de enero de 1994.

“Ellos nos recordaron la existencia de un México profundo que en ocasiones vive en condiciones cercanas al neolítico y que ha sido olvidado. Uno sus lemas es de inclusión: ‘Nunca más un México sin nosotros’. El pasado indígena no es sólo el que está en los museos, también es el de los pueblos vivos que todavía pronuncian su nombre en más de 60 lenguas. Éste es un desafío que tenemos hoy en día”, aseveró.

CONTRACONQUISTA. Juan Villoro habló de tres documentos literarios para entender la conquista: Historia verdadera de la conquista lde a Nueva España, de Bernal Díaz del Castillo; Visión de los vencidos, de Miguel León-Portilla; y Relación de Michoacán.

A la obra de Bernal Díaz del Castillo la calificó como el gran reportaje de las Indias que existe gracias a “la mezquindad de la Corona Española” que no compensó al autor de manera adecuada. Sobre Visión de los vencidos dijo ser la otra cara de la caída de ­México-Tenochtitlan y dedicó varios minutos a la obra poco difundida de Relación de Michoacán.

“Uno de los más desconocidos expedientes literarios de nuestra cultura es la Relación de Michoacán, el gran testimonio del pueblo purépecha fue recogido por fray Jerónimo de Aguilar en 1540, apenas 10 años después de la caída del mundo tarasco. La Relación de Michoacán ha sido menos conocida por numerosas razones, la primera es que se publicó 400 años después de haber sido recopilada y el primer tomo de la versión completa apareció apenas en el año de 1956”, dijo.

En ese documento —añadió Villoro— se aprecia una doble colonización lingüística: en lengua castellana y en lengua náhuatl.

“Sin embargo, la Relación de Michoacán es un extraordinario documento de resistencia del pueblo purépecha. Hasta la fecha se recita este testimonio cuya versión oral dura unas doce horas”, comentó.