Cuando se cumplen cuatro meses del inicio del movimiento, los “chalecos amarillos” regresaron ayer a París y protagonizaron algunos de los enfrentamientos violentos más crudos en su corta historia.

Con 32 mil 300 manifestantes en toda Francia y 10 mil en París, una cifra al alza, el movimiento presentó un ultimátum al presidente galo, Emmanuel Macron, en palabras de uno de sus líderes, Éric Douet.

Douet aseguró en las redes sociales que “después de esta jornada, al menos para mí, no habrá más manifestaciones. Habrá acciones de verdad, tendremos que proponer bloqueos”.

También el Gran Debate nacional propuesto por Macron, que terminó el viernes, ha sido “una gran broma”, en opinión de Quentin, un manifestante de París. La Prefectura de Policía de París movilizó a 5 mil agentes en la ciudad, y terminó arrestando a 237 personas. Además, en los disturbios se produjeron 42 heridos, 11 de ellos, después de que manifestantes incendiaran una sucursal de banco.