Opinión

Los retos de terminar las concesiones de los servicios de agua en la CDMX

Los retos de terminar las concesiones de los servicios de agua en la CDMX

Los retos de terminar las concesiones de los servicios de agua en la CDMX

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Delia Montero Contreras*

La participación del sector privado en la Ciudad de México en los servicios de medición, factoraje y cobro inició en el 2004 durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, fueron prorrogadas en el 2009, y en el presente año estos servicios pasarán a ser desempeñados por la administración pública mediante el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACMEX) y la Tesorería de la Ciudad de México. La primera desempeñará las funciones de conexiones de agua potable y drenaje (modificación de diámetro, cambio de lugar de la toma, reconstrucción), así como la instalación, rehabilitación y sustitución de medidores, inspecciones, restricciones y suspensiones, toma de lecturas, mantenimiento al padrón y facturación; la operación de las Oficinas de Atención al Público (Atención al usuario y trámites), y el servicio a denuncias y detección de tomas clandestinas e inexistentes. Mientras que la segunda se ocupará de la cobranza, fiscalización, impresión y distribución de boletas y recaudación, así como el cobro en oficinas de Atención al Público.

En el 2004 se otorgaron concesiones a cuatro empresas y éstas desempeñaron hasta el presente año todas las funciones descritas, pero cada una en una zona asignada de la CDMX. Estas empresas, aunque con nombres mexicanos, en realidad eran resultado de alianzas con empresas trasnacionales, dos de ellas -Suez y Vivendi- líderes mundiales en servicios de agua, saneamiento y gestión, altamente especializadas y líderes mundiales en materia tecnológica en segmentos como la distribución, el saneamiento a través procesos sofisticados de nanotecnología, potabilización, sistema de cobro y factoraje, actividades que desempeñan con tecnologías de punta y operan en más de cien países.

Estas empresas cumplieron con lo acordado en los contratos en tareas como levantar un padrón de usuarios, la regularización de tomas y medidores, el catastro de redes primarias y secundarias de agua potable y residual, de drenaje, así como la lectura de los consumos, soporte técnico, mantenimiento, reparación y reposición de medidores, y la instalación del sistema de macromedición —medición del suministro en una zona geográfica determinada con el fin de abastecer mejor el agua en bloque—.

Inclusive las empresas privadas lograron resultados significativos en varias de sus funciones acordadas, como incrementar el empadronamiento de usuarios, la facturación y recaudación, y con ello un aumento en la eficiencia en la gestión del servicio.

Las empresas transnacionales, como cualquier corporación, tienen el objetivo de obtener ganancias y reducir sus costos de transacción, ya sea a través de mejoras tecnológicas, flujos de información y sistemas de gobernanza interna que le permitan un mayor control en las actividades desempeñadas, como es también el caso de las organizaciones especializadas en materia de agua. La eficiencia en el servicio es medida constantemente, así como la capacitación del personal que opera en los diversos segmentos de los servicios que ofrecen, los incentivos, desincentivos y promoción del personal se ofrecen en función de logros obtenidos.

Es de celebrar que la CDMX retome todas esas actividades, particularmente porque representa un ahorro por el pago de un servicio a empresas privadas, que bien podría ser utilizado en la implementación de otras actividades dentro del sector hidráulico de la capital del país, que por cierto está bastante necesitado. Sin embargo, esto representa todo un reto, no únicamente en términos de los servicios que ofrecerán, sino principalmente por el riesgo de no caer en prácticas políticas bastante conocidas como es la de otorgar cargos públicos a personal descalificado que tanto daño ha hecho a este país, es decir otorgar puestos a amigos y no atender a la meritocracia para la obtención de un puesto de responsabilidad, en función de capacidades y no de relaciones de partido o grupo político. Estas prácticas no solamente retrasan la eficiencia del servicio, sino que además generan un costo de aprendizaje muy alto, con externalidades sociales negativas que se traducen en el mal servicio.

El hidráulico al igual que otros sectores en México están llenos de corrupción y malos manejos, y estas nuevas actividades que asumirá SACMEX y la Tesorería no estarán exentas de eso y pueden correr la misma suerte, si desde el inicio no se establecen mecanismos de transparencia y rendición de cuentas, y se ponga al frente de estas actividades a personal calificado y fuera de todo compromiso político, lo cual dentro de nuestro entorno institucional resulta casi imposible. Es importante que esta transferencia de lo privado al público esté bien apuntalada, ya que de lo contrario conociendo el funcionamiento de nuestras instituciones y de acuerdo con nuestra experiencia histórica, adelantamos un manejo no muy eficiente.

Nuestra historia nos muestra que la corrupción en México y el tráfico de influencias dentro del sector público no iniciaron con el neoliberalismo como seguido menciona el presidente; por ello es que insistimos en que el sistema tiene que estar blindado desde el inicio, una herramienta podría ser la transparencia y rendición de cuentas de forma constante, así como personal capacitado y sin compromisos políticos de por medio. Si bien es cierto que puede haber indicios de un cambio, también lo es que cambiar ciertos hábitos incrustados en el sector público no se hace por decreto y menos de un día al otro, hay que crear las herramientas y mecanismos que nos ayuden a ese cambio.

La transferencia de lo privado a lo público de los servicios de agua es todo un reto para Claudia Sheimbaun, que se ha propuesto junto con el actual gobierno terminar con la corrupción en un contexto de austeridad, pero estas iniciativas deben estar bien apuntaladas si se quiere tener éxito en un sector estratégico y que requiere de mucha atención, toda vez que hay muchos hogares que no tienen servicio de abastecimiento de agua de forma regular. La moneda está en el aire y las instituciones de la CDMX están a prueba.

*Profesora-investigadora del Departamento de Economía de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana del@xanum.uam.mx