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Macron denuncia la “extrema violencia” de los “chalecos amarillos”

Octavo sábado consecutivo de disturbios degenera en campo de batalla en el centro de París. El portavoz del gobierno tuvo que ser evacuado tras asalto a sede ministerial

Octavo sábado consecutivo de disturbios degenera en campo de batalla en el centro de París. El portavoz del gobierno tuvo que ser evacuado tras asalto a sede ministerial

Macron denuncia la “extrema violencia” de los “chalecos amarillos”

Macron denuncia la “extrema violencia” de los “chalecos amarillos”

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El presidente francés, Emmanuel Macron, denunció la “extrema violencia” en que degeneraron ayer muchas protestas de los “chalecos amarillos” y afirmó que la justicia actuará con sus responsables. En un mensaje en su cuenta de Twitter, lamentó que “una vez más, una extrema violencia ha venido a atacar a la República, a sus guardianes, a sus representantes, a sus símbolos”.

Macron hacía referencia al asalto de radicales al Ministerio de Relaciones con el Parlamento, donde causaron desperfectos en coches y donde tiene su despacho el portavoz del gobierno, Benjamin Griveaux, que tuvo que ser evacuado junto a sus colaboradores por una puerta trasera.

“Derrocar al presidente”. Griveaux afirmó que no fue un ataque contra él, sino contra “la República” y “la democracia” y reiteró sus mensajes de la víspera, cuando había considerado que los que persisten en participar en las acciones de los “chalecos amarillos” son “agitadores” cuyo objetivo es “la insurrección y derrocar” al presidente Macron.

La manifestación degeneró en hechos violentos cuando un grupo de encapuchados lanzó proyectiles contra los agentes de seguridad y éstos respondieron con gases lacrimógenos. A partir de entonces, el centro de París fue de nuevo escenario de una batalla campal, con la quema de contenedores, motos, coches e incluso prendieron fuego a un barco-restaurante amarrado en el río Sena.

“Se hará justicia”. Macron, en el centro de las críticas de los que desfilaron en París y en las principales ciudades del país, muchos de los cuales reclaman su dimisión, denunció a “los que cometen esos actos olvidan, que olvidan la esencia de nuestro pacto cívico” y prometió que “se hará justicia”.

El presidente, que vive la peor crisis social desde que llegó al Elíseo en mayo de 2017, luego de anunciar un gasolinazo, trata de desactivar las protestas con una serie de medidas para aumentar el poder adquisitivo de los franceses, anunciadas el 10 de diciembre, que tendrán un coste de 10 mil millones de euros a las cuentas del Estado.

Según el gobierno, en las movilizaciones de los “chalecos amarillos” de ayer participaron 50 mil personas en todo el país, lo que significa un repunte respecto a las 32 mil del pasado 29 de diciembre, pero muy lejos de los 282 mil del 17 de noviembre, en el punto más alto de la protesta.