El empresario Joffrey Epstein, amigo de Donald Trump, Bill Clinton o del Príncipe Andrés de Inglaterra, fue acusado ayer lunes de tráfico sexual y conspiración, por la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York. Según el informe presentado ayer por las autoridades norteamericanas, podría enfrentarse a 45 años de prisión.

La Fiscalía neoyorkina investigaba al multimillonario por crear una red para abusar de decenas de niñas y adolescentes en su mansión del Upper East Side, Manhattan, así como en su otra propiedad de Florida. Entre 2002 y 2005 Epstein, de 66 años, utilizó a tres de sus empleados para captar a sus víctimas, a las que les pagaba cientos de dólares por cometer actos sexuales. También usaba a esas mismas niñas para atraer a nuevas jóvenes a su mansión.

En una rueda de prensa, el fiscal Geoffrey Berman acusó a Epstein de explotar a niñas vulnerables, “las atrajo con pagos en efectivo e intensificó su conducta para incluir actos sexuales, a menudo en su residencia”. El fiscal declaró que en la mansión neoyorkina se incautaron numerosos materiales que incluyen fotografías de menores desnudas,  “se han hallado cientos, quizás miles, de fotos sexualmente sugerentes” de mujeres que parecen jóvenes o niñas y una caja fuerte con discos compactos con etiquetas como Girl pics nude (Fotos de chicas desnudas), dijo ante los medios de comunicación.

En 2008, Epstein se enfrentó a otra denuncia similar, en la que los padres de una adolescente de 14 años le acusaron de abusar de su hija. Esa vez llegó a un pacto con la Fiscalía de Miami, por aquel entonces dirigida por Alex Acosta,  actual secretario de Empleo de la Admistración Trump, que le permitió librarse de cargos federales, tras declararse culpable por prostitución de menores. El acuerdo, que se mantuvo en secreto, hizo posible que sólo pasara 13 meses en prisión.