Opinión

Marchas feministas #FuimosTodas

Marchas feministas #FuimosTodas

Marchas feministas #FuimosTodas

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El Ángel de la Independencia es un símbolo de la Ciudad de México. Ese emblema merece estar rayado con consignas de justicia. Que como símbolo represente y erija lo que sucede en México: un país feminicida y violento hacia las mujeres.

Un país donde mueren nueve mujeres diarias a causa de la violencia machista. Donde cada 4 minutos es violada una mujer. Donde si eres mexicana tienes más posibilidad de ser violada o asesinada que enfermarte de cáncer o contraer VIH. Donde 40 por ciento ha sufrido algún tipo de abuso. Donde el 70 por ciento de las violaciones ocurre en el ámbito familiar o social de la víctima. Donde un 38 por ciento de las mujeres no denuncia porque los abusos los tiene normalizados*. Un país donde la policía viola. Un país donde se revictimiza a las víctimas y defiende a los victimarios.

Hay personas horrorizadas porque las piedras están rayadas. Porque hay personas limpiando los vidrios rotos y la brillantina (orgánica) de las calles. Horrorizarnos por las formas de manifestación sin entender la manifestación es encubrir e ignorar las causas de fondo. El acento no está en el cómo. Está en el por qué.

El feminismo es el movimiento político y pacífico más importante del siglo XX y XXI. Nadie ha muerto por culpa del feminismo. Ha logrado incidir en las políticas públicas. Ha luchado por educación, trabajo, salud, representación social, vivienda, derechos reproductivos y también por la vida.

Ayer, lunes, apareció el cuerpo de María Eugenia en Puerto Escondido. Fue asesinada y violada. A ella y a tantas más este sistema les ha fallado.  Unas pintas no representan la angustia y coraje que sentimos todos los días al caminar por las calles y ser acosadas, al ganar menos que nuestros compañeros hombres, al tener que cambiar rutas constantemente para evitar ser seguidas. El miedo de que tu familiar, amigo, pareja, el policía o el empresario puedan violarte y hasta matarte.

Las vidas valen más que las piedras. Las vidas sí importan. Las miles de muertas, violadas y violentadas son sobre las que debemos estar hablando.

Las mujeres estamos unidas para ­derrocar al sistema que nos oprime. Para gritarle al Estado que si tocan a una, nos tocan a todas. Que no van a dividirnos. Afortunadamente la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum —que debiera agradecer al feminismo que hoy pueda ser representante política— cambió su postura y rectificó.

Implementará nuevos protocolos contra la violencia de género después de una reunión con grupos de feministas y activistas. Esperemos que las medidas sean efectivas, hace un par de años ante una marea morada en una marcha icónica, la anterior administración prometió lo mismo y no cumplió.

Necesitamos entre todos encontrar nuevas formas para parar la violencia. La solidaridad, empatía y las propuestas coadyuvan. Ya es hora de que la libertad que representa el Ángel sea para todos y todas.

Twitter: @wendygarridog
wengarrido@gmail.com