Nunca es buena estrategia presentar cuentas alegres, argumentando que los “datos positivos” que se tienen en una administración se deben predominantemente a las acciones que ha puesto en marcha. Menos aún, cuando se trata de un tema de inseguridad pública, porque si los datos no se han construido objetivamente o se manipulan para presentar una imagen distinta a la realidad, ésta se encarga rápidamente de desmentir a los gobernantes.

Es el caso de México y la información relativa a la incidencia delictiva, materia en la que, los datos a conocer respecto del primer trimestre del año, muestran un incremento sensible en el número de homicidios dolosos, sobre todo los cometidos por disparo de arma de fuego.

En efecto, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en enero se perpetraron 2,835 homicidios intencionales, de los cuales, 2,034 fueron por disparo de arma de fuego; en febrero la cifra fue de 2,628, siendo de éstos, 1,823 por disparo de arma de fuego; y en marzo un total de 2,944, de los cuales 2,050 fueron por disparo de armas.

En total en el primer trimestre de este 2021 se tienen 8,047 homicidios intencionales, de los cuales, 5,907 fueron cometidos por disparo de arma de fuego; estas cifras son equivalentes a un promedio diario de 89.41 homicidios intencionales por día, de los cuales, 57 se cometieron por disparo de arma de fuego.

Respecto del año previo, sí hay una disminución que puede presentarse como estadísticamente significativa, pues entre enero y marzo del 2020, la cifra que presentó el Secretariado Ejecutivo fue de 8,809 homicidios intencionales una cifra 8.7% superior a la del primer trimestre de este año. De esa suma, hubo 6,317 cometidos por disparo de arma de fuego, cifra 6.9% superior a la de 2021.

Aún con lo anterior, el gobierno debe ser cauteloso en el manejo de los datos y echar las campanas al vuelo, pues en el mes de abril las cosas no han mejorado sustantivamente. En efecto, de acuerdo con el informe diario del propio Secretariado Ejecutivo, hasta el día 20 de abril se tenía un conteo de 1,562 homicidios intencionales. Sin embargo, ese registro tiene una subestimación importante pues entre la cifra dada para marzo y la final reportada en los datos de incidencia delictiva, la diferencia es nada menos que de 500 homicidios.

De continuar la tendencia registrada hasta ahora, el cierre de abril podría llegar a aproximadamente 2,842 homicidios intencionales, es decir, un promedio diario de 94.7 víctimas, lo cual lo colocaría como el mes más violento del 2021; hay que esperar a que se confirmen los datos, pero el comportamiento de la violencia homicida parece estar teniendo un peligroso repunte.

Lo otro que debe señalarse es el nuevo estallido de violencia en Michoacán, y la persistente violencia en Guanajuato, que sigue siendo el estado más violento del país, así como en estados como Baja California, Jalisco y el Estado de México, donde se concentran los mayores números de personas asesinadas.

Asimismo, es importante señalar que en marzo también se tiene el mayor número de lesiones dolosas en lo que va del año; pues en enero, la cifra fue de 11,730 (de ellas 794 fueron por arma de fuego y 775 por arma blanca); en febrero la cifra creció a 12,465, de las cuales 801 fueron por arma de fuego y 767 por arma blanca; mientras que en marzo a cifra creció a 16,108, de las cuales 941 fueron por arma de fuego y 1,046 por arma blanca. Esa cifra total representa un 29.2% adicional a las registradas en el mes de febrero.

En materia de seguridad pública no hay nada aún que pueda realmente celebrarse. La violencia cotidiana homicida y la violencia social se mantienen en niveles alarmantes, y que, si se comparan a nivel internacional, colocan a México como uno de los cinco países del mundo con peores niveles de violencia homicida. Urge hacer más y hacerlo más rápido.

Investigador del PUED-UNAM

www.mexicosocial.org