Cultura

“Me atrae la imagen que condensa el malestar y el sinsentido”: Mauricio Carrera

No me interesa la poesía que narra, que para eso está el cuento o la novela, añade el escritor. “En el erotismo hay una voluntad creadora, la libido como pulsión vital y artística”

No me interesa la poesía que narra, que para eso está el cuento o la novela, añade el escritor. “En el erotismo hay una voluntad creadora, la libido como pulsión vital y artística”

“Me atrae la imagen que condensa el  malestar y el sinsentido”: Mauricio Carrera

“Me atrae la imagen que condensa el malestar y el sinsentido”: Mauricio Carrera

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Mauricio Carrera es un multipremiado autor mexicano que nació en 1959. Este cuentista y novelista tiene entre sus obras libros como Fortuna. La mujer de la Conquista (2013), Pequeño Pushkin y otros relatos, El neopolicial mexicano (2018) y La vida endeble (2019), este último con el que obtuvo el Premio de Novela Breve Amado Nervo. Recientemente Carrera se aventuró a los terrenos de la poesía con el libro Indiferente cosmos. Sobre este libro hablamos con el autor.

— Indiferente cosmos es un libro de género breve. Cae en los lindes de la poesía y el aforismo, ¿qué piensas de ambos géneros en relación con tu libro?

— Poesía y aforismo abundan en vida emotiva y reflexiva. Revelan la realidad a través de la palabra, pero mantienen el enigma. Ambas buscan el resplandor del silencio y el romanticismo de nombrar la condición humana. La poesía es el éxito de la imagen y el ritmo, el aforismo de la inteligencia condensada. En Indiferente cosmos poesía y aforismo conviven en su afán de síntesis. El reto es aprehender la belleza, la angustia, la sonrisa, la caricia y el golpe en la brevedad. Me atraen el haikú, la greguería, la minificción cuando no es chiste fácil, los pensamientos como afilados dardos de bien escrita sabiduría. Indiferente cosmos son textos en cuatro líneas que lo mismo son versos que reflexiones sobre lo que opino de la vida, sus verdades y sus mentiras. No busco por ahora sofocar en la abundancia sino privilegiar una escueta relación entre la estética, el razonamiento poético y la imaginación lúcida. Hay, además, un enorme respeto por el arte poético, sobre todo en un mundo donde hay más poetas que poesía.

— En ambos casos, hay una profunda reflexión en cada texto breve, como si fuera un microensayo, sobre la vida, el erotismo y la memoria. ¿Cómo pensaste estos textos que son puro pensamiento?

— También hay emoción, pero sin dramatismo. Lágrimas, nostalgias y desesperanzas, sin misticismos o adornos. La vida es lo que es. De ahí el título: el cosmos es indiferente a nuestras alegrías y lamentos. Aún así, la literatura se adhiere a su destino, contar la condición humana. Yo he optado en Indiferente cosmos por lo conciso. No me interesa la poesía que narra, que para eso está el cuento o la novela. Me atrae la imagen que condensa el malestar y el sinsentido de estar vivos, así como la posibilidad de belleza que hay en ese triunfo del razonamiento ante la nada. Como bien lo expresó Bachelard: “Basta una imagen para hacer temblar al universo”. La meta es concentrar en pocas líneas lo que a mi edad creo y mal creo de la cotidiana vida.

— En algunos poemas-aforismos recreas el cuerpo con la palabra, ¿cómo haces este ejercicio en el siglo XXI?

— El erotismo, escribió Roland Barthes, es la imaginación de la piel. El encuentro de la palabra con el cuerpo en términos eróticos proporciona una poética del placer, y por ende, una reconciliación inmediata con eso que llamamos vida. Mi poesía indaga sobre las pieles que se encuentran en la práctica erótica, donde existe una comunión primigenia y primordial con el universo, y la pareja en el amor y el desamor, sitio de las repercusiones maravilladas o traicioneras, de la existencia cotidiana que se inmiscuye con dolor y gozo, con ilusiones y desesperanzas. El cuerpo desnudo, el cuerpo que se sabe a sí mismo y que se complementa en otros cuerpos, es el gran tema del arte. En el erotismo hay una voluntad creadora, la libido como pulsión vital y artística. Indiferente cosmos es en una de sus facetas la piel que se goza y reflexiona, el recuerdo del tacto y del abandono amoroso que se hace palabra.

— Por último, cuéntame sobre el libro como objeto físico, sobre esta editorial Diablura.

— Habrá quien piense en lo demoniaco más que en lo poético. Lo cierto es que detrás del nombre hay un equipo de futbol: los Diablos rojos del Toluca. Se trata de una editorial avecindada en Toluca, Estado de México. Su director, Jorge Herrera, es poeta y editor. Entre sus colecciones se encuentran Arca de diablos, Santo infierno, Diablada, Troje de diablos, Pingos y Diablo mayor, donde apareció Indiferente cosmos. Vi sus libros, me gustaron, puse a consideración mis textos y tuve la suerte de que fueran publicados en un volumen que tiene, como objeto, presencia editorial y personalidad. Lo demás, sus interiores, son mis diabluras poéticas.