A pesar de que es un problema en ascenso que ha aprovechado las tecnologías digitales para expandirse, el turismo sexual en México, en particular el que tiene como objetivo depredar niños y niñas, es uno de esos temas que casi nunca se tocan en la industria. Es una violación fragante a los más elementos derechos humanos. Una depravación en la que se ejerce poder sobre el cuerpo de una persona que carece de una red de protección ya sea por su corta edad, por su desamparo, por la traición de padres y tutores y por las inadmisibles omisiones de autoridades que se transforman, por la corrupción, en cómplices de un crimen.

La mayoría de los turistas sexuales en busca de menores de edad cometen aquí infamias que no perpetran en sus países de origen. Hay estudios que revelan que los turistas sexuales norteamericanos, que antes hacían de las suyas en Tailandia y Camboya, mejor se van a México donde pueden actuar con impunidad.

Miguel Torruco, secretario de Turismo, informó que la dependencia a su cargo, un Código de Conducta Nacional para proteger a las niñas, niños y adolescentes de la explotación sexual y laboral en establecimientos turísticos de todo el país. El funcionario propuso la creación de la medalla “Lydia Cacho”, para reconocer la labor de las y las grandes defensoras en la materia, ya que esta periodista se ha distinguido por su valentía y tenacidad para combatir estos ilícitos. Estamos hablando de un tema de delincuencia organizada y como tal requiere de la fuerza del Estado para combatirse, Como la propuesta se hizo en el marco del Día Internacional de la Mujer es probable que se archive durante meses y se saque del cajón hasta el siguiente 8M. Sin embargo, el problema está ahí y que el relanzamiento de las actividades turísticos alentará su crecimiento.

La periodista Lydia Cacho alcanzó visibilidad internacional por su libro Los Demonios del Edén que puso sobre la mesa un tema que no podría prosperar de no ser por la corrupción de los encargados de proteger a la sociedad. Cacho está fuera del país por protección personal porque está amenazada de muerte. Cacho escribió el libro gracias al testimonio de una chica se escapó de la red de prostitución infantil y comenzó a investigar y ahí está el resultado. El libro se publicó, pero el delito sigue y la verdad es que no se sabe nada de lo que se está haciendo para atacarlo.

Lo de la medalla Lydia Cacho me parece bien. Estará mucho mejor si va acompañado de otras acciones que no competen a la Sectur sino a la Secretaría de Seguridad y que tienen que ver con el registro de pederastas gringos, canadienses o europeos para impedirles su entra al país y el análisis de las redes, es sus estratos más profundos, para detectar a tiempo los planes de los depredadores.