Opinión

Medición de audiencias: ¿Vochos contra Ferraris?

Medición de audiencias: ¿Vochos contra Ferraris?

Medición de audiencias: ¿Vochos contra Ferraris?

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

En una entrevista concedida a Óscar Mario Beteta, Federico Arreola habló del lugar que ocupaba Carmen Aristegui cuando era líder de audiencia radiofónica, antes de que la censuraran en MVS, con el lugar que tiene ahora en Radio Centro: el número 24, de acuerdo con datos de la empresa investigadora de mercados INRA, en la que todas las compañías concesionadas de radio, menos Radio Centro, depositan su confianza para que les mida cómo van en el mercado del número de escuchas.

Según Arreola, el problema no es la periodista ni la calidad de su contenido, sino el medio o el vehículo radiofónico por el que la informadora sale al aire. Para el director de SDP, que mes con mes publica las mediciones de INRA, la MVS de entonces era como un Ferrari y el Radio Centro de hoy, por cuanto a noticias se refiere, es como un vocho.

En ese peculiar contexto metafórico, el nuevo Michael Schumacher de la radio sería, nada más y nada menos que Ciro Gómez Leyva, arropado por la escudería de Radio Fórmula, reina de las pistas en materia de noticias según, nuevamente, INRA.

Desde malos empresarios, hasta tramposos para que no bajen sus acciones bursátiles, han calificado a los directores de Radio Centro, particularmente a Juan y Francisco Aguirre, tanto periodistas medidos por INRA, como la propia empresa calificadora. Esta andanada declarativa podría convertirse en breve, y sigamos con las metáforas deportivas, en una suerte de nado sincronizado, puesto que hay muchos intereses en juego.

Por otro lado, y con una metodología para algunos más precisa y sofisticada; para los interesados de poca confiabilidad, IPSOS, la empresa contratada por Radio Centro y con un alto grado de reconocimiento a nivel global, coloca al grupo radiodifusor y a Carmen Aristegui en el primer lugar de audiencia y a Ciro Gómez Leyva lo pone a pilotear, si no un vocho, sí un vehículo que ocupa un décimo lugar, mientras que a López Dóriga lo manda a la décimo sexta posición.

Como es sabido, las carretadas de dinero público y la manera sucia y discrecional con las que se premió y castigó a medios y periodistas durante el sexenio pasado, en este nuevo periodo tendrían que disminuir y sobre todo transparentarse, si es que las presiones y los cantos de sirena que seducen a los políticos torpes de cualquier militancia, no vuelven a hacer de las suyas. La autodenominada “industria” de la radiodifusión tiene que abrirse a escrutinios menos monopólicos e incluso menos parcializados.

En una penetrante y amena mesa de análisis transmitida por el programa 26, según INRA, o el primero, según IPSOS, Carmen Aristegui, Gabriel Reyes Orona y Alfredo Figueroa discutieron el asunto de manera más profusa que con la visceralidad o el detestable tono perdonavidas con el que se ha ventilado la medición radiofónica desde que Álvaro Delgado publicó su trabajo en Proceso.

Muchas de las opiniones en la mesa referida se deslindaron, o cuando menos matizaron las posturas encontradas que los concesionarios de los medios, ahora en debate, han expresado. Se pronunciaron, al igual que Julio Astillero a quien IPSOS le otorga un nada despreciable tercer sitio, por un debate más periodístico y ciudadano, que “industrial”.

Es decir, además de las auditorías que se proponen para INRA e IPSOS, el proceso de medición tendría que estar más regulado por representantes de las audiencias y patrocinado con dinero del Estado, dado que un segmento importante de la inversión en este medio procede del gobierno federal y los gobiernos estatales: nuestro dinero, como señala Figueroa.

Más transparencia en la medición, nuevos agentes medidores sin ningún tipo de intereses más que el de realizar bien su trabajo, nuevas fórmulas que permitan entender cómo se transmite en tiempo real y cómo se recupera y se comparte en medios digitales la información radiofónica, es un trabajo que se tiene que hacer ya y de manera muy profesional. Tanto por el dinero público, como por los anunciantes privados que sostienen a la radio.

Más allá de vochos y ferraris, a mí me cuesta trabajo creerme el cuento de que empresarios como los Aguirre, no saben hacer negocios en un medio en el que llevan años haciéndolo.

dgfuentes@gmail.com