Opinión

Medina Mora y el entramado siniestro

Medina Mora y el entramado siniestro

Medina Mora y el entramado siniestro

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La renuncia de Eduardo Medina Mora a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, además de ser consecuencia de su amistad con el expresidente Enrique Peña Nieto, a quien le debe el puesto que ahora pretende dejar sin explicación plausible, forma parte de una serie de acciones que van acotando la capacidad de maniobra de una elite política y empresarial que, aunque se descaró con Enrique Peña Nieto, opera desde tiempo atrás y revela el entramado de relaciones mafiosas existentes entre el PRI y el PAN. Algo que en su momento llamé el “entramado siniestro” y en el cual hay políticos, empresarios, despachos de abogados, lavadores de dinero y, por supuesto, intelectuales.

Este personaje es objeto de investigación por recibir presuntas millonarias transferencias en dólares y libras esterlinas, no acordes a sus ingresos como ministro, por defender a esa mafia que dilapidó el erario por lo menos durante 18 años, forjó fortunas, financió empresas, desvió recursos y extendió complicidades con medios electrónicos e impresos.

Medina Mora cuenta con una trayectoria que le permitió granjearse la complicidad de un grupo de sirvengüenzas que hoy se ostentan como «contrapeso» del actual Gobierno.

Quien lo trajo al escenario público fue el head hunter, que suele estar representado en cartones políticos y memes con camisa de fuerza, me refiero a Vicente Fox, invitado a la reciente asamblea panista, a pesar de que promovió el voto por José Antonio Meade, para “darle en la madre a la 4T”. No hay que extrañarse, por eso son PRIAN.

Durante el sexenio foxista, Medina Mora fue director del Cisen y más tarde de Seguridad Pública. En ese tiempo gestionó para ampliar la cobertura de las concesiones de las televisoras que hicieron una campaña negra contra AMLO porque necesitaban a Calderón para que no se les cayeran los negocios.

En el sexenio rojo de Felipe Calderón, México entró de lleno en una dinámica que nos ató a la economía de guerra gringa y desató un baño de sangre en el país, que seguimos padeciendo en la actualidad. Medina Mora fue Procurador de la República en ese periodo y más tarde embajador en Inglaterra.

Al respecto, hace poco escribí: “Las revelaciones de Gerardo de Garay (zar antidrogas durante la gestión de Felipe Calderón), señalan la protección a través del entonces procurador de justicia, Eduardo Medina Mora, al Cártel del Pacífico. Es decir, un expresidente acusado por los abogados del narcotraficante enjuiciado en EU de recibir dinero del narco, tenía al frente de la PGR a un procurador que, con base en los comentarios de Raymundo Riva Palacio desprendidos de su columna que salió bajo el título de “¿Narco procuradores?”, tejió una red de protección en torno al Cartel del Pacífico y alertó en un par de ocasiones al Chapo para que escapara cuando Gerardo de Garay se encontraba a minutos de apresarlo.”

Con Peña Nieto, Medina Mora fue “nuestro” embajador en Estados Unidos y más tarde fue propuesto por el entonces Presidente para ejercer el cargo desde el que operó para que los desvíos de recursos en Chihuahua, para la campaña del PRI, no pudieran ser investigados por el gobierno del gobernador Javier Corral.

La Coparmex y el dirigente del PAN, de manera cínica, están en desacuerdo con el Presidente por haber aceptado la renuncia de este “impartidor de justicia”. Desde luego que el Senado trendrá que llamarlo a rendir cuentas para preguntarle los motivos de su dimisión. Habrá que ver cómo resuelven los legisladores este asunto: qué argumentan, qué peroran, qué negocian.

David Gutiérrez Fuentes

@dgfuentess