Opinión

Menos lengua y más acción

Menos lengua y más acción

Menos lengua y más acción

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

En recuerdo del gran Maestro y todavía mejor persona que fue

Fernando Diez de Urdanivia, quien el pasado lunes por la

madrugada decidió marcharse a la dimensión eterna

a la que muchos le tenemos puesta la puntería. Gracias a él

tuve la inmensa fortuna de recibir clases de un divertidísimo

Juan José Arreola; pude conocer en persona a muchos

prestigiados escritores, entre ellos al inigualable Jorge

Ibargüengoitia y, lo mejor, obtuve mi primer empleo pagado

trabajando bajo la dirección del profe en el suplemento “El Gallo

Ilustrado” del periódico El Día, claro, desarrollando todo tema

relativo a lo musical, su auténtica pasión.

Parece que en la Cámara de Diputados, y concretamente en el despacho del supuesto convencido animalista Mario Delgado, a su vez coordinador de la abrumadora bancada morenista en tal lugar, no les quedó claro que hacia atrás ni para tomar impulso, motivo por el que desde este humilde espacio nuevamente se hace un llamado para que sea bajada de inmediato y sin discusión, la arbitraria y retrógrada iniciativa de la legisladora Rosa María Bayardo Cabrera -integrante del Grupo Parlamentario de Morena en la LXIV Legislatura del H. Congreso de la Unión- con la que pretende derogar, en contra de la tendencia mundial, la prohibición del uso de fauna silvestre en espectáculos circenses, disposición que además, a partir de su vigencia, está amparada por el constitucional principio de progresividad, sin olvidar el Derecho Humano que al respecto nos asiste a toda persona para tener un medio ambiente adecuado para nuestro desarrollo y bienestar. ¿Estamos?

A diferencia, donde al parecer sí están entendiendo EL CAMBIO es en los Estados de Sonora, Veracruz, Nuevo León, Estado de México y más recientemente Morelos, donde ya por parte de tribunal penal fueron emitidas sentencias condenatorias sobre maltratadores de animales. El más reciente caso de Morelos marca además un hito, toda vez que para este pasado 12 de febrero prevaleció la justicia por sobre el estado mental del agresor, que pudo ser factor para declararlo inimputable, de no haber sido porque precisamente debido a esa supuesta condición fue juzgado por un “tribunal especial” (conformado por tres magistrados) que a fin de cuentas coincidió en la culpabilidad de Sergio Fuentes Campos, quien no conforme con entrar a robar a un domicilio el 7 de diciembre del 2018, dio cuenta también de la vida de una cachorra, para peor, de forma por demás sanguinaria y cruel, por lo que la resolución marca un punto de excelencia a favor de la Fiscalía Regional Oriente con sede en Cuautla, donde la MP Miryam Montero Monza armó perfectamente un caso que de entrada parecía perdido, pero que gracias a su interés y esmero, y muy particularmente a la perseverancia de Ma. Guadalupe Pérez Atempaz -la directamente afectada por el daño irreparable a su perrita, por cierto, acompañada durante el proceso por Mara Montero —Comité Pro animal, A.C.— derivó en sentencia condenatoria para la permanencia del agresor en cárcel, pues ya llevaba un aproximado de seis meses interno debido a que proporcionó un domicilio falso. A tal tiempo de prisión preventiva se le suma ahora otro tanto, no omitiendo hacer constar que a su salida deberá prevenirse su reclusión en institución especializada, dada su potencial peligrosidad. Los vicios no tienen palabra, por lo que ayer fue un perro, pero ¿y mañana? Eso sí, no se le impuso reparación del daño, toda vez que no tiene un quinto ni familia que lo respalde

La perrita tipo Pit Bull era conocida como LA GÜERA. Tenía 7 meses, y su error fue dar una insistente llamada de alarma y no retirarle la vista al invasor del territorio a su instintivo cuidado. El tipo alegó haberle sacado los ojos con un puñal porque no lo dejaba de ver, y al igual le encajó ese mismo cuchillo en la garganta, porque según, la perra necesitaba una cirugía, más resulta obvio que si a esas nos vamos, lo hizo para acallar sus ladridos. El escenario que dejó la masacre no lo describiré por obvias razones, pero fue de tal magnitud, que provocó la muerte del compañero de la perrita, un pastor alemán madurito de nombre LOBO, que simplemente se dejó morir de tristeza. Y mientras, en CDMX, otrora marcando vanguardia en estas cuestiones, “negociando” con El Orejas y el asesino de MORITA. No, pos sí…

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