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Michoacán, posible centro de domesticación de la chía en la época prehispánica: Cinvestav

El estudio permitirá “reintroducir” en los cultivos comerciales ciertos componentes que las variedades silvestres retienen, y así mejorar el producto, dice Angélica Cibrián.

El estudio permitirá “reintroducir” en los cultivos comerciales ciertos componentes que las variedades silvestres retienen, y así mejorar el producto, dice Angélica Cibrián.

Michoacán, posible centro de domesticación de la chía en la época prehispánica: Cinvestav

Michoacán, posible centro de domesticación de la chía en la época prehispánica: Cinvestav

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Investigadores de la Unidad de Genómica Avanzada del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados, a partir del análisis de los transcriptomas —conjunto de todas las moléculas de ARN— de diferentes variedades de la chía, ubicaron a Michoacán como el posible centro de origen de domesticación de este alimento en la época prehispánica.

El estudio, encabezado por Angélica Cibrián Jaramillo,  identificó además las cualidades de cada una de las variedades que actualmente se siembran y comercializan a nivel mundial, así como de especies silvestres que aún se encuentran en el país, por lo que sería posible mejorar aún más las propiedades nutracéuticas de este grano, rico en ácidos grasos y Omega 3.

De acuerdo con Cibrián Jaramillo, el objetivo de este proyecto es que al identificar las características genéticas y nutracéuticas de las distintas variedades, sea posible “reintroducir” en los cultivos comerciales ciertos componentes que las silvestres retienen, y de esa manera mejorar el producto a fin de que sea de mayor interés para los productores.

“Las variedades silvestres retienen proteínas o ceras que les permite sobrevivir en ambientes secos, que ya perdieron las domesticadas, y ese tipo de genes o rasgos los podemos reintroducir en las cultivadas; pero si no reconocemos y protegemos al pariente silvestre, sería imposible aprovechar esos recursos”, explicó la investigadora del Cinvestav.

La reintroducción de genes silvestres a cultivos domesticados es una técnica que en fechas recientes se ha convertido en tendencia para diferentes cultivos. Se trata de un concepto llamado reasilvestramiento genómico de las plantas cultivadas, cuyo interés es recuperar ciertos rasgos perdidos por la domesticación, y la idea es recuperar muchos aspectos silvestres a la vez que se resalta la importancia patrimonial de estas plantas.

En el caso de la chía, el grupo de la investigación de la UGA Cinvestav identificó factores de transcripción relacionados con la expresión de grasas, omegas y un gen (RDR1) involucrado en el silenciamiento de virus y la biosíntesis de ceras, expresados mayoritariamente en las chías silvestres, que se podrían reintroducir a las variedades comerciales a través de tecnología de edición genética (Crispr-Cas9), aunque también con mejoramiento convencional.

Además, con el estudio de transcriptomas de la chía se comprobó que su composición nutracéutica varía de acuerdo con la región y ambiente de siembra.

“Secuenciamos transcriptomas de muestras comerciales y silvestres originarias de Michoacán, Guerrero y Oaxaca. Con ese muestreo vimos las diferencias significativas en algunos genes asociados al Omega 3 o 6 y ácidos grasos que nos interesan.

Observamos que la variedad pinta crecida en diferentes zonas de México expresa genes asociados a ácidos grasos de manera diferente de acuerdo con el ambiente, pero la mayor expresión de estos genes se dio en Jalisco. Este sitio podría ser clave para producir más aceites de importancia nutricional, aunque habrá que hacer mediciones adicionales para confirmar que estos patrones se mantienen en otras temporadas”, mencionó Angélica Cibrián Jaramillo.

El estudio tardó más de dos años en concluirse debido a que primero fue necesario recolectar y seleccionar las muestras a analizar con los productores, hecho que fue posible gracias a la colaboración con el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias.

Además, uno de los grandes retos para buscar la expresión de los genes (transcriptoma) es extraer las moléculas de RNA de manera intacta del ADN, para lo cual se requiere el uso de protocolos con enzimas que lo degradan. Una vez obtenidas las moléculas fragmentadas se les coloca un sello que distinga a cada una de ellas y se inicia la secuenciación en equipos especializados, con la que se obtiene un acervo de secuencias de los genes expresados, la cual se compara con una base de datos de genes para identificar a cada uno de ellos.

Este tipo de investigación genómica es un ejemplo de cómo la ciencia básica puede contribuir tanto a las ciencias sociales, al identificar lugares de domesticación de cultivos con importancia biocultural para México, y a la sociedad, ya que se pueden obtener mejores productos, que benefician a los productores y a la salud humana.