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¿Miedo de morir? Claro, pero no podemos echarnos para atrás

“Hay mucho dolor emocional, hacerse cargo de ti, de los pacientes, de tu familia, de una sociedad que no coopera, de los muertos…”, el día a día en el hospital La Perla en Nezahualcóyotl, narrado por la doctora Angélica Soria Huerta a Crónica.

“Hay mucho dolor emocional, hacerse cargo de ti, de los pacientes, de tu familia, de una sociedad que no coopera, de los muertos…”, el día a día en el hospital La Perla en Nezahualcóyotl, narrado por la doctora Angélica Soria Huerta a Crónica.

¿Miedo de morir? Claro, pero no podemos echarnos para atrás

¿Miedo de morir? Claro, pero no podemos echarnos para atrás

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

¡Póngalo en el suelo, rápido en el suelo, …!”, gritó sin pensarlo ni un segundo, la doctora Soria. El joven llegó en paro cardio respiratorio, con falta de aire, lo que ocasionaría su muerte. Se requería intubarlo de inmediato pero no había camas ni camillas disponibles al momento.

De inmediato la doctora se hincó y ante la mirada atónita de enfermeros y compañeros procedió a reanimarlo e intubarlo ahí mismo en el suelo... logró salvarlo.

Convertidos en el epicentro de esta crisis sanitaria, la guerra contra el COVID se ha trasladado a los hospitales donde no hay lugar para dudas, temores o miedos, donde se actúa o el paciente se muere, sin contar el riesgo para ellos, los médicos, que también mueren contagiados en este frente de guerra.

Hasta finales de mayo, se habían registrado 149 decesos entre trabajadores de la salud y otros 11 mil 394 estaban contagiados por la pandemia COVID, según el último reporte la Secretaría de Salud.

De las 149 muertes, 82 fueron doctores, 38 de “otro personal de la salud”, 24 enfermeras y enfermeros, tres dentistas y dos laboratoristas. Estos contagios y muertes se han registrado principalmente en la Ciudad de México, Estado de México, Baja California, Tabasco y Sinaloa, detalló el director de Epidemiología de la Secretaría de Salud, José Luis Alomía.

“¿Miedo de morir por Covid?, ¡claro que tengo miedo!, pero somos urgenciólogos y somos la primera línea en el frente de batalla de esta guerra, no podemos echarnos para atrás ante este engendro que mata por miles y que también ha matado a muchos amigos y compañeros médicos.

¿Que no nos han dado el equipo necesario?, pues vemos como lo compramos para protegernos pero no podemos dejar solos a nuestros pacientes”, asegura la doctora, Angélica Soria Huerta, urgencióloga con 15 años de experiencia y una de las responsables del área COVID en el Hospital La Perla, en el municipio de Nezahualcóyotl.

Como urgenciólogos, son los primeros en recibir a los enfermos, y ello eleva los riesgos en esta coyuntura, ya de entrada peligrosa, pues no solo el coronavirus los tiene en jaque. Hay que recordar que siguen vigentes otras enfermedades también peligrosas como el VIH-SIDA.

“Llegó un paciente y le preguntas si tiene alguna enfermedad crónica y te dicen que no. Cuando le preguntas si toma algún medicamento te dicen que kaletra o rinovatir, ¡eso es para tratar el VIH!, uff…”, relata.

Son ellos, los médicos, los especialistas que libran esta guerra contra el COVID-19 con lo que tienen y pueden, lo que está a la mano o lo que no está, pero improvisan con tal de salvar una vida.

Los que sufren cuando preguntan por un paciente que dejaron vivo un día anterior y al otro ya solo ven la cama vacía, o con otro paciente porque el suyo, ya no está porque falleció.

La doctora Soria Huerta ha estado en el frente de batalla desde el inicio de la pandemia en México, en su trinchera, desde su hospital, donde llegan y llegan contagiados por COVID. Algunos lo vencen, otros más pierden la batalla.

“Muchos ya llegan graves y no resisten, algunos mueren a los 10 minutos de entrar al hospital, a veces en el pasillo”, relata a este diario.

Ese es el día a día en los hospitales en esta pandemia. Bajo presión constante, en contacto con la muerte, testigos del desgranamiento de familias por el COVID, consejeros a veces, confidentes muchas veces.

Con evidente cansancio mental y físico, la doctora Soria reconoce que la lucha contra el COVID los ha desgastado física y emocionalmente.

“Hay mucho dolor emocional, hacerse cargo de ti, de los pacientes, de tu familia, de una sociedad que no coopera, de los muertos…”.

Todos aquellos que estamos laborando en hospitales enfrentando la pandemia —agrega— presentamos desgaste emocional por empatía, depresión, estrés postraumático y ansiedad.

“Por asistir a los pacientes en sus dolencias físicas y emocionales nos desgastamos todos los días y ¿quién cuida al profesional de la salud?”, cuestiona.

Recuerda que cada 5 de junio, desde el 2017, se lanza la campaña “Calcetines locos para médicos” que busca hacer conciencia de la salud mental para los profesionales del ramo, desde médicos, enfermeros y camilleros que enfrentan situaciones por demás apremiantes todos los días.

Han sido atacados lo mismo por personas en las calles, en los hospitales, o por el presidente Andrés Manuel López Obrador que lanzó el calificativo de “mercenarios” e incluso les han llamado “asesinos” cuando no han logrado salvar a su paciente.

También han enfrentado esta pandemia sin insumos o equipo de protección adecuados como carretas, mascarillas, o trajes especiales.

“No hay pretextos cuando de atender a nuestros pacientes se trata; ¿que no nos dan? pues vemos como le hacemos para comprarlos…”, asevera Soria Huerta.

De hecho, organizaciones como “Entre doctores”, “Mamás doctoras AC”, y “la Solución Soy Yo” asomaron para dar la mano y dotar de caretas, mascarillas, y “lunches” a los doctores que enfrentan esta pandemia, asegura.

¿Héroes?, simplemente doctores dispuestos a arrancarle vidas al COVID aún a costa muchas veces de la suya.