Mientras mil agentes de la Policía Federal (PF) mantienen resistencia a su traspaso a la Guardia Nacional, otros tantos fueron desplazados ayer hacia Chiapas sin armas.

“Mientras se llevaban a cabo manifestaciones afuera de Palacio Nacional y del Centro de Mando en Iztapalapa, otros compañeros han sido enviados por la puerta de atrás hacia Chiapas para ser integrados al Instituto Nacional de Migración (INM)”, dijo a Crónica la esposa de un efectivo de la PF.

Los efectivos desconocieron las mesas de diálogo que anunciaron los responsables de la SSPC. Las protestas ayer continuaron en Iztapalapa donde se volvió a exigir la presencia de Durazo, y desconocieron a toda autoridad que se les envíe, porque son títeres.

Ahí arribó Ricardo Mejía, subsecretario de Seguridad Pública federal, quien no tuvo éxito en el encuentro con todos los inconformes.

El movimiento rebelde ya está dividido en dos. Por una parte, unos son representados legalmente por el abogado Iván Chávez y otro grupo lo representa Enrique Carpizo, familiar del fallecido procurador Jorge Carpizo.

Los policías tienen bloqueados los accesos al Centro de Mando, conocido como Contel, y dieron un ultimátum a sus demandas. Como fecha es el próximo miércoles, a las 13:00 horas, cuando esperan una respuesta del titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.