Mildred Motta reflexiona sobre la paridad de género
La productora y actriz analiza la participación de la mujer en la reproducción de estereotipos femeninos
La productora y actriz analiza la participación de la mujer en la reproducción de estereotipos femeninos
La puesta en escena Bullying Rosa: Cosa de Niñas, se despide del teatro comercial en el Foro Bellescene este fin de semana, para continuar su paso por escuelas e instituciones, con la intención de generar una reflexión sobre el acoso y la violencia entre mujeres. La actriz y productora Mildred Motta, quien da vida al personaje de Mayra, destaca el carácter social del teatro como instrumento para abordar temas de esta índole.
“El teatro en México ya no es visto como un medio de entretenimiento como antes, ahora es una experiencia trascendental, no tiene nada que ver con el entretenimiento al que estamos acostumbrados a tener a la mano desde el celular. Al teatro tienes que ir y vivirlo, experimentarlo en conjunto con otro ser humano, con absoluta atención a lo que está pasando frente a tus ojos”, declaró a Crónica.
La historia parte del reencuentro de cuatro mujeres interpretadas por Mildred Motta, Sara Cavazos, Christel Klitbo y Odemaris Ruiz, quienes luego de 15 años de no verse, tras haber compartido aula durante la secundaria, deciden reunirse. Esto después de que Mayra (Mildred Motta) extendiera la invitación para asistir a su casa bajo intereses personales, sin considerar que ellas buscan ponerse a cuentas con ella, por el tiempo que fueron sus víctimas. “Es una obra que aborda el acoso escolar entre pares, específicamente de mujer a mujer, aunque finalmente el bullying es algo que afecta a todos”, compartió.
A través de diversos flashback (regresiones en el tiempo), los personajes viajan a los episodios de su adolescencia, algo que ayuda a la audiencia no sólo a identificar las diversas caras de la violencia, sino a empatizar con la historia. “Hacemos ‘rompimientos’, que es cuando el actor se dirige al público para dar información adicional, nosotros damos datos duros sobre las estadísticas de acoso que existen, lo cual hace de la obra algo muy dinámico”, explicó.
Aunque la historia escrita por Gerardo Lazos y dirigida por Adriano Numa se exhibió durante algunos años en diversas escuelas, es la primera vez que se realiza en teatro comercial, arrancando su temporada actual en el Teatro Antonio Caso (Tlatelolco) el pasado 4 de mayo, para concluirla en el Foro Bellescene el próximo sábado 20 de julio a las 17:00 horas.
“Es una muy buena manera de hablar del tema y fue una bonita oportunidad haberla tenido en teatro comercial, porque normalmente cuando vamos a las escuelas solamente los chavos la ven, y si deciden dejar la información sin discutirla así se queda, pero yendo adultos de todas las edades con adolescentes y niños, se puede poner el tema sobre la mesa muy fácil al salir del teatro. En ese sentido, creo que la obra cumplió muy bien su cometido”, expresó.
El melodrama surge de la iniciativa Artes Contra la Discriminación, creada por Gerardo Lazos y Adriano Numa, quienes desde hace ocho años se han comprometido a visibilizar diversos temas en torno a las diferentes expresiones de la violencia a través del teatro. Así nació Bullying: Cosa de niños, el hermano mayor de la actual puesta en escena. Sin embargo, la vigencia del tema exigió su propia versión femenina, en urgencia a un cambio en el pensamiento popular.
Significaba además “derribar ese cliché sobre si las mujeres podemos o no podemos trabajar juntas”, asegura Motta, en relación al trabajo detrás de la obra. “Tengo la fortuna de estar rodeada de hombres muy valiosos y generosos, pero claro que puedo ver que no nos es fácil llegar y trabajar, implica tanto para nosotras porque significa un doble esfuerzo, es tonto pero cierto, porque se espera de ti que seas buena mamá, esposa, hija y que además trabajes. No se espera distribuir las responsabilidades equitativamente, sino que asumas tu rol femenino ancestral y además compitas en igualdad de circunstancias con los hombres, así que se vuelve más difícil”, enfatizó.
“Si ya logramos estar en esto (tener igualdad de oportunidades laborales que los hombres), deberíamos ser más solidarias entre nosotras. Percibo que nos hemos metido en una competencia que es tan masculina, en lugar de abordar nuestras fortalezas como mujeres, entramos en una competencia más jerárquica y territorial. Somos la generación que vive la transición de aprender a convivir con nuestros dos lados, el masculino y femenino, que radican en cada uno de nosotros”, aseguró.
“No sabemos asumir nuestro rol, nos tomamos las cosas muy a pecho; cuando a un hombre se le dice algo en el plano laboral, generalmente puede mantenerlo en ese plano, pero nosotras inmediatamente comenzamos a cuestionarnos si nos lo dijeron por alguna situación personal, así que se convierte en algo que se aloja en la cuestión emocional en vez de lo intelectual”, ejemplificó.
Finalmente reconoció la importancia de la participación masculina, para desarraigar la estigmatización de los roles de género en el ámbito no sólo laboral, sino personal, destacando el papel que cada uno juega dentro de la sociedad, algo que Bullying Rosa: Cosa de Niñas, busca poner sobre la mesa.