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Miles de jóvenes proambientales protestan en Alemania

Algunos caminando y otros en bicicletas, los activistas climáticos llegaron la mañana de este sábado a la mina de carbón de lignito, donde rompieron una parte del cordón de seguridad instalado en el acceso y entraron al campo a cielo abierto, a pesar de la presencia de agentes policiales y la advertencia de peligro.

Algunos caminando y otros en bicicletas, los activistas climáticos llegaron la mañana de este sábado a la mina de carbón de lignito, donde rompieron una parte del cordón de seguridad instalado en el acceso y entraron al campo a cielo abierto, a pesar de la presencia de agentes policiales y la advertencia de peligro.

Miles de jóvenes proambientales protestan en Alemania

Miles de jóvenes proambientales protestan en Alemania

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Una mina de carbón a cielo abierto en la región de Garzweiler, en el estado alemán de Renania del Norte-Westfalia, es a partir de hoy el escenario que miles de jóvenes europeos eligieron para protestar durante todo el fin de semana por la inacción de los gobiernos a favor de la protección climática.

Algunos caminando y otros en bicicletas, los activistas climáticos llegaron la mañana de este sábado a la mina de carbón de lignito, donde rompieron una parte del cordón de seguridad instalado en el acceso y entraron al campo a cielo abierto, a pesar de la presencia de agentes policiales y la advertencia de peligro.

Unas tres mil personas, en su mayoría jóvenes, pero también niños y adultos que se han unido a la causa, se manifiestan bajo el lema “¡Todas las aldeas permanecen!” a lo largo de la mina Garzweiler, en el camino a la aldea Keyenberg, una de las últimas de la zona que se dragará para un pozo a cielo abierto.

“Vamos, vamos. Fin del terreno”, cantaban los manifestantes que, con pancartas y discursos, fueron organizados por la alianza juvenil “Fin del territorio”, la cual anunció para estos días “acciones de desobediencia civil” a fin de acabar con la explotación de carbón, de acuerdo con reportes de la prensa local.

Desde la noche del viernes, unos 800 activistas bloquean dos líneas de ferrocarril por donde normalmente se envía carbón a la central eléctrica del consorcio RWE Neurath, que explota el carbón de la zona, visto por los jóvenes como una de las fuentes de emisión más grande de CO2 en Europa.

La llegada de los ecologistas a Garzweiler forma parte de una demostración a gran escala que los miles de jóvenes iniciaron la víspera en las calles de la ciudad de Aquisgrán, en el marco de la iniciativa climática “Viernes del futuro” que cada semana reúne a cientos de personas en varias ciudades europeas.

En esa ciudad balneario, ubicada cerca de la frontera con Bélgica y los Países Bajos, se registró el viernes la mayor concentración a favor del medio ambiente en la historia de Alemania, con alrededor de 35 mil a 40 mil jóvenes de unos 16 países, según los organizadores.

La iniciativa “Viernes para el Futuro” y organizaciones no gubernamentales (ONG) como Greenpeace exigen a los gobiernos acciones concretas que protejan el planeta en plena crisis por el cambio climático.

En general piden una ley de protección del clima y, en particular, a Alemania que se comprometa a garantizar la conservación del bosque de Hambach y las aldeas de lignito en peligro de extinción en Renania del Norte-Westfalia.

El bosque de Hambach, en los alrededores de Colonia, es uno de los más antiguos de Alemania, y se planea terminar para el otoño su deforestación para construir minas a cielo abierto del contaminante carbón de lignito.

Exigen asimismo el cierre de la mina de Garzweiler, tras considerar que contribuye a la contaminación del medio ambiente, al tiempo que piden otras acciones definitivas. El gobierno alemán decidió abandonar el carbón en 2038, un plazo que para los activistas es mucho tiempo, incluso no existe un calendario para el cierre de minas.

El movimiento ecologista europeo lleva varias semanas en varias ciudades europeas, incluso en Alemania está coordinado de tal manera que tiene un “campamento climático”, en la región de Ruhr, con varios servicios como hospital, cine al aire libre, panadería y guardería.

Unas tres mil personas, en su mayoría jóvenes, pero también niños y adultos que se han unido a la causa, se manifiestan bajo el lema “¡Todas las aldeas permanecen!” a lo largo de la mina Garzweiler, en el camino a la aldea Keyenberg, una de las últimas de la zona que se dragará para un pozo a cielo abierto.

“Vamos, vamos. Fin del terreno”, cantaban los manifestantes que, con pancartas y discursos, fueron organizados por la alianza juvenil “Fin del territorio”, la cual anunció para estos días “acciones de desobediencia civil” a fin de acabar con la explotación de carbón, de acuerdo con reportes de la prensa local.

Desde la noche del viernes, unos 800 activistas bloquean dos líneas de ferrocarril por donde normalmente se envía carbón a la central eléctrica del consorcio RWE Neurath, que explota el carbón de la zona, visto por los jóvenes como una de las fuentes de emisión más grande de CO2 en Europa.

La llegada de los ecologistas a Garzweiler forma parte de una demostración a gran escala que los miles de jóvenes iniciaron la víspera en las calles de la ciudad de Aquisgrán, en el marco de la iniciativa climática “Viernes del futuro” que cada semana reúne a cientos de personas en varias ciudades europeas.

En esa ciudad balneario, ubicada cerca de la frontera con Bélgica y los Países Bajos, se registró el viernes la mayor concentración a favor del medio ambiente en la historia de Alemania, con alrededor de 35 mil a 40 mil jóvenes de unos 16 países, según los organizadores.

La iniciativa “Viernes para el Futuro” y organizaciones no gubernamentales (ONG) como Greenpeace exigen a los gobiernos acciones concretas que protejan el planeta en plena crisis por el cambio climático.

En general piden una ley de protección del clima y, en particular, a Alemania que se comprometa a garantizar la conservación del bosque de Hambach y las aldeas de lignito en peligro de extinción en Renania del Norte-Westfalia.

El bosque de Hambach, en los alrededores de Colonia, es uno de los más antiguos de Alemania, y se planea terminar para el otoño su deforestación para construir minas a cielo abierto del contaminante carbón de lignito.

Exigen asimismo el cierre de la mina de Garzweiler, tras considerar que contribuye a la contaminación del medio ambiente, al tiempo que piden otras acciones definitivas. El gobierno alemán decidió abandonar el carbón en 2038, un plazo que para los activistas es mucho tiempo, incluso no existe un calendario para el cierre de minas.

El movimiento ecologista europeo lleva varias semanas en varias ciudades europeas, incluso en Alemania está coordinado de tal manera que tiene un “campamento climático”, en la región de Ruhr, con varios servicios como hospital, cine al aire libre, panadería y guardería.

ijsm