Opinión

Movilidad social, inagotable búsqueda de bienestar

Movilidad social, inagotable búsqueda de bienestar

Movilidad social, inagotable búsqueda de bienestar

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La transformación social y la búsqueda permanente de mejores condiciones de vida de cada persona es motivada desde diversas causas y necesidades, pero son la economía, la salud y la educación los principales factores que originan su movilidad hacia espacios y condiciones que garanticen su satisfacción, superación y desarrollo, tanto en lo individual como en lo colectivo.

Derivado de ello, consolidar una base económica que permita satisfacer las necesidades de las personas no siempre se logra en el lugar de origen y por ello tienen que ir de un lugar a otro. Para disfrutar de la buena salud o promover el cuidado de la misma, no siempre es posible que en el lugar donde se vive haya la infraestructura y el personal que brinde el servicio adecuado, razón por la que abandonan los espacios en que habitan. La salud a lo largo de la vida se puede ver afectada ante accidentes o enfermedades. Debido a que las condiciones de salud se transmiten de una generación a otra, los hijos pueden heredar condiciones que hacen difícil que mejoren su posición con respecto a la salud de sus padres. Además, juegan un papel preponderante las condiciones del entorno, los patrones de comportamiento nutricional, de actividad física y de riesgo, entre otros. La educación se ha visto históricamente como herramienta de superación personal para mejorar las condiciones de vida y con esa motivación muchas personas abandonan sus lugares de origen.

En un esfuerzo por comprender qué es lo que lleva a las personas a enfrentar el fenómeno de la movilidad social en algún momento de su vida, se han hecho análisis que refieren a elementos como educación, ocupación y riqueza.

En el primero de ellos se destaca que el capital humano de las personas es acorde con su nivel educativo; la educación refleja —aunque no de manera exclusiva— las oportunidades que tendrá la persona. En el segundo, hace referencia a los logros en términos de ocupación en el mercado laboral y su realización socioeconómica. El tercer elemento analiza el bienestar material o con qué tantos activos y servicios cuentan los hogares de las personas, es decir, refleja la acumulación de beneficios obtenidos a lo largo de la vida de las personas.

En un contexto de dinamismo y competitividad mundial, en México aún hay mucho por hacer para que la educación sea uno de los principales motores de la movilidad social, que sirva a las personas para tomar mejores decisiones sobre sus vidas y alcanzar mayores niveles de bienestar; que los logros educativos y la calidad garanticen una inserción exitosa en los mercados laborales, y alcancen, mediante mejores salarios, niveles de vida más satisfactorios.

De acuerdo al Informe Movilidad Social en México 2019, a pesar del crecimiento constante de la oferta educativa, aún hay disparidades importantes por las que gran parte de la población mexicana no alcanza los niveles educativos más altos, pues las circunstancias de origen tienen un peso muy importante sobre la educación de las generaciones más jóvenes. En particular, se acentúa el problema en los niveles de Media Superior y Superior.

Asimismo, el referido Informe de Movilidad, indica que la población mexicana del estrato más bajo ha presentado mayores avances en movilidad educativa. Lo cual significa que hijos de padres sin estudios o con apenas primaria, han logrado permanecer más tiempo en la escuela; sin embargo, no es suficiente para que esta educación realmente impacte en su futuro. De igual manera, nueve de cada diez de estas personas alcanzan un nivel mayor al que alcanzaron sus padres.

Por otra parte, los contrastes entre los hijos de padres que alcanzaron la educación superior y el resto de la población, reflejan grandes desigualdades en la movilidad educativa, ya que “solo 5% de los hijos de padres sin escolaridad logran estudiar una licenciatura, en comparación con 64% de los hijos de padres con estudios universitarios. La probabilidad de que los hijos de padres con educación profesional se queden sin instrucción es prácticamente inexistente”.

Los resultados del informe muestran que entre los mexicanos que parten del estrato educativo más bajo (es decir, cuando los padres no tienen estudios), la movilidad educativa es mayor. Los contrastes entre las personas que tienen padres con estudios universitarios y el resto de la población reflejan grandes diferencias en la movilidad educativa para llegar al estrato más alto. El que las personas puedan o no mejorar sus condiciones de vida depende, en gran medida, de la región en la que se nace.

Con relación a la persistencia en el estrato educativo más alto, la mayor tasa se presenta en las regiones centro, con 68%, seguida de las norte-occidente y centro-norte, con 65% y 63%, respectivamente.

Las regiones norte y sur del país muestran un avance desigual e implica que, entre los hijos de padres que tenían igual posición en la escala nacional ahora tienen mejor posición los originarios del norte, mientras que los del sur del país han permanecido rezagados.

Otro aspecto que se destaca en la movilidad educativa está relacionado al funcionamiento del sistema educativo, su calidad y accesibilidad en igualdad de condiciones para toda la población es uno de los principales determinantes de este logro.

Las fallas de funcionamiento y cobertura han generado limitaciones en la movilidad educativa de la gente. Estas restricciones se reflejan principalmente en los niveles educativos medio y superior. La calidad y cobertura es importante en todos los niveles educativos, desde el inicial hasta el profesional. La calidad en la educación básica tiene un efecto acumulativo y, cuando esta no es buena, repercute en los siguientes niveles. Si los niveles anteriores a la preparatoria y universidad son deficientes, será más probable que los jóvenes presenten problemas de aprendizaje y que abandonen los estudios superiores.

Por ello, las políticas educativas orientadas a las edades tempranas —niños de 0 a 3 años— son fundamentales para disminuir las brechas de conocimiento y la desigualdad (Campos 2018).

Las desigualdades en la movilidad educativa según el estrato social de origen son amplias. La población con origen en el estrato de mayor pobreza tiene menos posibilidades de ingresar a la educación media y superior, y una vez que lo ha logrado, tiene menos posibilidades de terminar la escuela que quienes provienen del estrato de mayor riqueza.

En el sur del país, las opciones de ascender desde el escalón socioeconómico más bajo son mucho menores que en la región del norte: 67% de los mexicanos de la región sur que nacen en los hogares más pobres mantienen la misma condición en su vida adulta, mientras que solo 23% de los mexicanos nacidos en el norte con el mismo origen se quedan en la base de la escalera socioeconómica.

Si se considera a la población que se encuentra en pobreza 54 de cada 100 personas que nacen en la base de la escalera social no superan dicha línea en la región norte, mientras que 86 de cada 100 personas están en dicha situación en el sur.

Los resultados mostrados arrojan un patrón de movilidad social regional que coloca a la región sur del país en una situación significativamente desventajosa. En cambio, la región norte del país presenta resultados que podrían compararse con los observados en las economías más desarrolladas en el mundo.

En resumen, los resultados de movilidad social regional que se han descrito -educación, ocupación y riqueza-, establecen un triple reto para el país.

El primero tiene que ver con la necesidad de generar oportunidades de desarrollo en la región sur de México. El segundo tiene que ver con la necesidad de que dichas oportunidades se encuentren al alcance de toda la población originaria de esta parte del país. Y finalmente, una vez logrados los dos puntos anteriores, el reto se encuentra en amplificar más que proporcionalmente la realización de dichas oportunidades.

La movilidad social equivale a la voluntad y esfuerzos de las personas para mejorar su calidad de vida, por lo que, una sociedad con baja movilidad social genera pocas esperanzas de progreso, donde las personas conservan el estatus social de sus antepasados sin importar sus aspiraciones personales.

Twitter: @UlisesLaraCDMX