Al menos 70 migrantes murieron ayer frente a las costas de Túnez tras naufragar la embarcación precaria en la que pretendían viajar de forma irregular desde las costas de Libia hasta Italia, según informó la agencia de noticias estatal tunecina TAP.

Según la fuente, el bote neumático fue avistado por barcos de pesca locales cuando navega a la deriva en aguas internacionales, a unas 40 millas de la ciudad meridional de Sfax, capital económica de Túnez.

Los pescadores avisaron a la Marina Nacional tunecina, que llegó a la zona y logró rescatar a otras 16 personas con vida, la mayoría de ellas ciudadanos de países de África subsahariana, a las que trasladaron a un hospital de la localidad.

Citado por el diario El País, el portavoz de la Defensa tunecina, Mohamed Zekri, aseguró que pudieron rescatar apenas tres cuerpos sin vida, por lo que se teme que la cifra de fallecidos aún pueda aumentar.

Éste es uno de los naufragios más mortíferos del año 2019 en el mar Mediterráneo, donde según cifras de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), han muerto ahogadas ya 443 personas.

Las playas que se extienden entre la capital de Libia, Trípoli, y la frontera con Túnez se han convertido en los últimos dos años en el principal bastión de las mafias que trafican con seres humanos, pese a la presencia de patrulleras europeas.

Además, a finales de abril, el primer ministro tunecino, Youssef Chahed, se mostró preocupado ante el aumento de llegadas de migrantes de Libia, donde desde hace un mes hay combates en Trípoli entre el gobierno reconocido por la ONU y las tropas bajo el mando del mariscal Jalifa Hafter, el hombre fuerte del país.

“Tememos que la experiencia de 2011, con la llegada de refugiados a Túnez, se repita”, declaró Chahed.