Opinión

Mundo sórdido

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La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

España tiene una deuda muy grande con los animales no humanos en lo general. No les ha bastado la crueldad, mal uso y abuso de los bovinos en la tauromaquia y demás festejos relativos, para ahora irse sobre los perros, peor aún directamente contra los galgos usados para prácticas de cacería primitiva y que en cuanto ya no les convienen o no les son útiles al propósito o les gastan sin el debido aprovechamiento, envejecen o simplemente cuando les estorban, no sólo los abandonan sino que los ahorcan… sí… o los dejan atados en desérticos y lejanos caseríos para que sus agonizantes lamentos no puedan ser escuchados y mueran des-pa-ci-to, sufriendo lo indescriptible, como resultado de una mente humana totalmente trastornada, situación a la que, OJO, está siendo evidentemente omiso el gobierno, pese al riesgo que significa y que ha ido empeorando, tal como se documentó el pasado 16 de julio cuando fueron encontrados en un río de Sevilla tres ejemplares atados de manos y patas y encostalados, no sin antes haber sido cruelmente apaleados. Dos murieron ahogados y desconozco a la fecha la condición del superviviente. Y eso que, según, el encierro pandémico nos haría mejores personas.

Y ya que estoy sobre esas dos especies en particular, de nueva he de referirlas partiendo de que hace unos días, en la capital mexicana, donde nos suponemos de avanzada, no solo se mataron varios toros fuera de norma para

el festejo particular que por su cumpleaños organizó un fulano de nombre Pedro Haces, líder sindical que para peor es Senador Suplente por MORENA, lo que no solo le permite presumir amistad cercana con el presidente Andrés Manuel López Obrador, sino infraccionar varias leyes y el Reglamento Taurino locales, con tal de realizar lo que denominó TAUROTÓN, o sea, varios días de “corridas” en su honor, llevadas a cabo en un predio ubicado en la alcaldía Tlalpan, que como parte de la CDMX se rige bajo una flamante Constitución que señala como DEBER dar protección especial, y respeto a la vida e integridad de los animales (no humanos) como “seres sintientes”. Así o más clara la gravedad del hecho de quien además no acató las medidas sanitarias impuestas por la Covid-19, reuniendo en un festejo a muchas más personas de las autorizadas para eventos del tipo. ¿Cuál es entonces el cambio tan cacareado por la 4T si todo está igual o peor? Y bajo ese tenor andaba cuando…

Justo para celebrar el Día Mundial del Perro fui enterada sobre la drástica actitud de una funcionaria capitalina, afanada en imponer su pequeñísimo poder a base de amenazar con remitir a la autoridad competente a todo aquel protector que sea sorprendido “dejando cadáveres” en el área a su cargo, cuando en contrario, debería estar agradecida y reconocer la titánica labor de tan admirables ciudadanos, ellos y ellas, que desde hace décadas y de su peculio, reparten el alimento que dentro del perímetro del Bosque de Chapultepec y Panteón Dolores conserva bajo control la interacción de los perros abandonados con la fauna silvestre ocupante del área y los mismos humanos. Me refiero a Mónica Patiño Skidmore, directora de Gestión de tal Bosque, quien sin conocer antecedentes y lo que al respecto mandatan la Constitución de la CDMX y su Ley de Protección a los Animales, pretende un absurdo que menos se entiende al tratarse de una “Antropóloga Social por el INAH” y mostrar total desconocimiento sobre la milenaria liga de los mexicanos y los chuchos. De seguir así meterá en un berenjenal al Gobierno local. Y ya que estoy sobre lo que no se debe hacer…

Protesto enérgicamente contra la decisión de Gustavo Cecilio Treviño, titular de Parques y Vida Silvestre de Nuevo León, por cuanto siendo TIERRA DE OSOS y máxime dado el noble comportamiento del joven úrsido que recientemente interactuó con tres irresponsables jovencitas en Chipinque, NO PROCEDE SENTENCIARLO A VIVIR EN UN ZOOLÓGICO, cualquiera que sea. Es lo fácil, cuando no matarlos. Si ese preciso individuo ya le perdió el miedo al humano, lo correspondiente es educar a la gente y establecer protocolos, códigos y medidas preventivas, pero no castigar al animal por su naturaleza curiosa y de sobrevivencia, más si se insiste, al menos contáctese a Érika Ortigoza de Fundación Invictus para que la criatura sea trasladada al TWAS que Pat y Mónica Craig tienen en Colorado, EUA; enorme lugar dedicado al rescate y rehabilitación de grandes carnívoros, que una vez recuperados y adaptados lo gozan a plenitud.

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