Cultura

Murió Miguel León-Portilla, sabio, filósofo e historiador

El principal nahuatlato del país falleció a los 93 años; recibió el Premio Crónica 2013 en Academia y Cultura. López Obrador envía condolencias a la familia del historiador. Su trayectoria marca el camino a seguir: sigamos sus pasos: Matos Moctezuma. Él fue un sabio mexicano, dice Enrique del Val.

El principal nahuatlato del país falleció a los 93 años; recibió el Premio Crónica 2013 en Academia y Cultura. López Obrador envía condolencias a la familia del historiador. Su trayectoria marca el camino a seguir: sigamos sus pasos: Matos Moctezuma. Él fue un sabio mexicano, dice Enrique del Val.

Murió Miguel León-Portilla, sabio, filósofo e historiador

Murió Miguel León-Portilla, sabio, filósofo e historiador

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Ayer murió Miguel León-Portilla, pero nos deja el gran nahuatlato su legado como historiador, filósofo, su infatigable lucha por la raíz mexicana que son los pueblos originarios, y, sobre todo, la sabiduría del hombre cuya vida estuvo dedicada a enaltecer la mexicanidad.

El Premio Crónica falleció ayer a los 93 años después de haber sido hospitalizado a principios de año a causa de problemas respiratorios.

Las instituciones culturales del país, la UNAM y amigos y exalumnos lamentaron el fallecimiento de uno de los hombres más importantes del país, por sus grandes aportes a la historia y conocimiento de los pueblos indígenas y a su labor como académico.

El presidente Andrés Manuel López Obrador lamentó el fallecimiento del historiador y escribió a través de su cuenta de Twitter: “Murió Miguel-León Portilla, pionero en los estudios de la filosofía, el lenguaje y la cultura náhuatl. Fue también un férreo defensor de las culturas originarias y publicó decenas de libros como La visión de los vencidos. Descanse en paz, un fuerte abrazo a su esposa e hijos”.

Sus amigos lamentaron su partida y el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma dijo: “Considero a Miguel-León Portilla uno de los grandes historiadores mexicanos. Nos dio la riqueza de su sabiduría a través de sus libros y de la cátedra. Fue formador de nuevas generaciones de estudiosos del pasado de nuestro país. Tuvo repercusión tanto nacional como internacional por medio de su obra y algo muy importante: sirvió de ejemplo a muchos investigadores de cómo proceder con ética y entrega total en la labor docente, en la investigación, en la dirección de instituciones y en la creación de publicaciones que han tenido presencia en los medios académicos. Su labor fue incansable y está a la vista. Su trayectoria marca el camino a seguir: sigamos sus pasos...”.

José Manuel del Val Blanco, director del Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad (PUIC-UNAM) y amigo de León-Portilla, destacó que “él fue un sabio mexicano. Ha habido pocos en nuestra edad moderna y él es uno de ellos. Él es fundamental porque a partir de su trabajo, la voz de los pueblos originarios comienza a salir de la oscuridad. Su libro La visión de los vencidos constituye un hito en la comprensión de México y los mexicanos. Parte de la comprensión que tenemos los mexicanos de hoy, sobre lo que somos, empieza con su obra”.

“Deja una obra descomunal. Dejó plasmada en sus libros la defensa de las lenguas indígenas que ejercitaba en su trabajo cotidiano. Además de sus libros, deja sus traducciones y varias generaciones de historiadores que trabajaron con él”.

“Es un hombre fundamental para la historia de México. Con una dimensión universal, reconocido en muchas universidades del mundo, pero que siempre estuvo trabajando con los pueblos. Además, como persona, era un ser extraordinario, gran conversador”.

“Yo creo que la manera más directa y precisa para procesar los duelos cuando se pierde a un sabio de estas dimensiones es leerlo, leer sus trabajos. Son muchos libros; desde filosofía y lengua náhuatl y su defensa del náhuatl, en todo momento, en toda circunstancia. Reconocer su legado también implica que los mexicanos debemos volver a ser capaces de aprender y enseñar nuestras lenguas.  Ésa es su gran lección y su gran legado. Esa orfandad la podemos trabajar leyendo y pensando un poco en la importancia de las lenguas, pues cuando muere una lengua, muere una civilización y una forma de ver el mundo”.

Por su parte, Alfredo López Austin, lamentó la pérdida de su amigo León-Portilla. “Nada más quisiera decir que tanto mi familia como yo recibimos con dolor la pérdida del doctor. Él inició su carrera como autor con la obra Filosofía náhuatl que es la que lo llevó al conocimiento público y al inicio propiamente de su vida académica”.

En el libro In iihiyo, in itlahtil. Su aliento, su palabra. Homenaje a Miguel León-Portilla, Ascensión Hernández de León-Portilla, escribió que la obra de su esposo ofrece una lectura desde el corazón de los pueblos nahuas.

“Palabras e imágenes vuelven a tomar vida con el soplo de Miguel León-Portilla y el rostro y el corazón de los pueblos nahuas trasciende fronteras y atrae miradas de gentes lejanas. Es así como el legado del historiador-antropólogo y el del historiador filósofo del presente se funde en el humanismo de siempre. Ambos legados forman parte de nuestro universo de las culturas que no cesa de enriquecerse y que da un sentido a nuestra vida aquí, en tlalticpac”.

El discípulo del nahuatlato y actual encargado del Seminario de Cultura Náhuatl, Patrick Johansson definió —en esa misma obra— a su maestro, como historiador, lingüista, antropólogo, etnólogo y literato, pero en especial, como el humanista de México.

“La obra de Miguel León-Portilla es ante todo obra de un humanista que busca preservar las culturas indígenas de México de una destrucción que empobrecería a la humanidad. Obra por fin que permanece felizmente inconclusa, ya que, a sus setenta años de vida, Miguel León-Portilla tiene un futuro a la medida de su presente”.

La secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto, señaló que “Miguel nos enseñó todo lo que había que enseñar, este año que parte, su voz se escucha más fuerte que nunca, su legado es eterno y el amor de México a su trabajo también. Acompañamos a Chonita, Marisa y su familia. Lo honraremos con la alegría, orgullo y esplendor que merece”.