Opinión

Nada qué presumir

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La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy
Nada qué presumir

Algo que no podrá presumir la cuarta transformación en estos días es la organización del Primer Informe de Gobierno de la señora Claudia Sheinbaum. Y es que fue todo un fracaso. El pasado martes en Donceles ni siquiera hubo logística, planeación y mucho menos coordinación. Todo se hizo al “ahí se va” y como muestra está la forma en que se sentaron los invitados especiales durante el evento, que tendría que ser uno de los más importantes para la Jefa de Gobierno. Martí Batres llegó y ocupó un lugar en primera fila destinada a los alcaldes, le ganó el lugar a la alcaldesa de Álvaro Obregón, Layda Sansores, por lo que la morenista se tuvo que ir a la última fila del salón. Otro caso fue el del diputado Mario Delgado, quien sin preguntar se sentó junto a su amigo Vidal Llerenas, alcalde de Azcapotzalco, y dejó sin asiento a la alcaldesa de Tlalpan, Patricia Aceves, quien tuvo que buscar acomodo por unos minutos. Pero lo grave fue lo que le hicieron vivir a la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, a quien, a pesar de asistir como representante de la Presidencia, la tuvieron parada un buen rato hasta que el perredista Jorge Gaviño, quien tenía lugar en el presídium, le dejó su silla junto a Sheinbaum, una bofetada con guante blanco a los morenistas.

Estuvieron buenos los pambazos

Un tremendo osote es el que pasó el día del Informe de Gobierno de Claudia Sheinbaum, el coordinador de bancada del partido de Morena, Ricardo Ruiz, quien sin pena alguna se placeó —por la mitad del Centro Histórico— del brazo de la mandataria capitalina con la camisa desabotonada, lo que permitió a los capitalinos conocer su tremenda barriga y ombligo. Lo peor es que sus compañeros legisladores José Luis Rodríguez y Circe Camacho no le avisaron que por el pozole y los pambazos del Grito de Independencia dio no sólo el botonazo sino doblebotonazo, dando un mal aspecto al día en que la Jefa de Gobierno se tendría que lucir. Así las cosas con el pupilo de Alejandro Encinas, que no sólo es un barco en tareas legislativas, sino que también en momentos de pasarela. Reprobado.

Es lo mismo en la cuarta transformación

Nada cambia: la misma izquierda cochina, que lucra con los recursos públicos y que establece lazos clientelares vergonzosos, fue lo que se observó en los alrededores del Congreso capitalino durante el Primer Informe de Gobierno de Claudia Sheinbaum. Acarreados exigiendo a servidores públicos de la alcaldía de Iztapalapa ser incluidos en la lista para recibir un pago por su asistencia. Aún no concluía la rendición de cuentas y vecinos de la alcaldía de Xochimilco se agarraron de la greña por el lunch que estaban repartiendo sobre la calle de Donceles, puesto que no había suficientes.

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