Opinión

Negro como yo. Los estereotipos raciales

Negro como yo. Los estereotipos raciales

Negro como yo. Los estereotipos raciales

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Era un domingo soleado cuando Ahmaud Arbery, un joven afroamericano de 25 años, decidió como rutina de ejercicio, salir a correr. Eventualmente fue a dar a un vecindario predominantemente de gente blanca en las afueras de Satilla, al sur del estado de Giorgia. Momentos después yacía muerto, acribillado por dos individuos rubios, padre e hijo, que dijeron que el muchacho les pareció sospechoso. Nadie fue arrestado y la cosa quedó ahí, a pesar de que, como ha dicho su madre, “fue cazado como si fuera un animal”.

Eso sucedió el 23 de febrero pasado, cuando Gregory McMichael de 54 años y su hijo Travis de 34, alegaron que Arbery les pareció ser alguien que la policía buscaba por un asalto, por lo que sacaron sus rifles, lo siguieron y lo mataron. La explicación conformó a las autoridades, que encontraron justificada su acción y los hombres quedaron libres.

Ahora, dos meses después, ha surgido un video tomado por un transeúnte, donde se ve claramente que los asesinos desde su camioneta le disparan a quemarropa tres veces. Esto ha provocado manifestaciones de protesta, no sólo de la familia sino de grupos de activistas pro derechos de los negros, convencidos de que el ataque fue racialmente motivado. A ellos se han unido celebridades tales como el jugador LeBron James, quien ha dicho que “literalmente se nos trata de cazar cada día”.

Ante la presión, finalmente los tiradores han sido acusados de homicidio y están tras las rejas, esperando que su caso sea juzgado. El desafortunado incidente ha dejado claro una vez más que, en pleno siglo XXI, el color de la piel marca a las personas aquí, es parte de la vida diaria y es uno de los más graves problemas sociales que tiene Estados Unidos.

En este país, hay racismo oculto y también racismo a la vista. No sólo contra los afroamericanos, sino también contra los asiáticos y los latinos de nivel socioeconómico bajo, pero son los negros quienes más lo padecen. Se les olvida que nadie tiene control sobre el color de la piel con que nace.

Quienes no la tienen oscura tal vez se preguntan cómo será la vida para aquellos que la tienen de “color”. Esa pregunta precisamente, aparece en la primera página del ­libro Negro como yo, cuya publicación original en 1961, causó tanta controversia que contribuyó acelerar el movimiento a favor de los Derechos Civiles. Su autor, ­John Howard Griffin, un texano de raza blanca, decidió que la única manera de tener una respuesta, era cambiándose su color para vivir temporalmente como un negro.

Eso lo logró con medicamentos que alteran la pigmentación de la piel y usando lámparas solares. Así, durante seis semanas, viajó por Missisipi, Alabama y precisamente Giorgia, experimentando horrible racismo y malos tratos. El libro vendió más de un millón de copias tan sólo aquí: fue luego llevado al cine y traducido a 14 idiomas. Leerlo revela cuánto ha cambiado desde entonces, pero también cuánto de eso persiste ahora, aun después de que un afroamericano llegó a Presidente.

El problema no sólo es racial, sino un conflicto económico y social entre los que tienen y los que no. Eso está de manifiesto con el terrible efecto que el COVID-19 está teniendo entre la población negra, debido principalmente a que viven en más pobreza y tienen más problemas de salud.

No sólo no pueden aislarse, sino que la recomendación o en casos, exigencia de usar mascarillas, les ha aumentado el temor de que los confundan con delincuentes o miembros de bandas criminales, por lo que muchos de ellos se están absteniendo de usar tapabocas, exponiéndose y exponiendo a otros en su comunidad a un virus que ya de por sí ha infectado y dado muerte a un número desproporcionado de afroamericanos.

Los estereotipos raciales definitivamente persisten aquí. A las fuerzas del orden se les acusa de perseguir, arrestar, abusar y hasta matar a personas sólo por su color. Estudios realizados por varias universidades han revelado que los policías inconscientemente tienen algo en contra de los negros, a quienes asocian con violencia y peligro.

En un caso ocurrido recientemente en ­Illinois, dos jovenes afroamericanos con tapabocas grabaron en video cómo un agente de la policía los siguió de cerca con la mano en la pistola, desde que entraron hasta que salieron de una tienda Walmart. Quedó claro que aun en esta crisis, una cosa es que un blanco salga a la calle enmascarado, otra es que lo haga uno moreno o negro. Qué triste realidad.

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