Opinión

Ni un paso atrás en telecomunicaciones

Ni un paso atrás en telecomunicaciones

Ni un paso atrás en telecomunicaciones

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La última década no ha sido sencilla para el grupo de telecomunicaciones de América Móvil con sus empresas insignia: Telcel y, por supuesto, Telmex. Desde 2008, después de la gran crisis de los mercados financieros y las hipotecas subprime, América Móvil enfrentó serios altibajos porque, simplemente, cambiaron los paradigmas del mercado de telecomunicaciones a nivel mundial.

Un reciente ranking de las fortunas más importantes del mundo sigue ubicando a América Móvil entre las empresas más rentables. Incluso, devela que sí, a nivel mundial, el grupo mexicano líder en el mercado de las telecomunicaciones pasó días difíciles ante la irrupción de las plataformas de redes sociales como Facebook y Twitter, así como ante sistemas de mensajería como ­WhatsApp. El mercado mexicano, por supuesto, también se vio afectado por este fenómeno. La diferencia, sin embargo, fue que la posición predominante de América móvil le permitió pertrecharse de los nuevos embates y hasta aprovecharlos. Sus ganancias retrocedieron en algún momento de la última década, pero su participación de mercado, como lo demuestran los números, siguen ubicando a América Móvil y a sus empresas en una posición privilegiada, lo que ha justificado, hasta ahora, las regulaciones asimétricas que aplica el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT).

Con estas medidas normativas y compensatorias, el IFT ha buscado para el mercado mexicano de telecomunicaciones una competencia efectiva. Pero en México, al parecer, no ha sido suficiente porque América Móvil no sólo mantiene una participación superior al 70 por ciento del mercado sino que ha encontrado esquemas para que su competencia no pueda avanzar. Se trata, por cierto, de muchas empresas líderes en sus mercados de origen que ganan o pierden participación de mercado; que también se enfrentan al embate de las redes sociales y que buscan catapultar sus ingresos a partir de nuevas incursiones tecnológicas o de mercadotecnia.  En México, sin embargo, los contrapesos no cambian. En otras palabras, AMX padece una gran competencia de nuevas plataformas que sí lo han hecho temblar y hasta reinventarse. Afortunadamente tiene los servicios de banda ancha. Sin ellos, la historia sería otra. No han sido, por lo tanto, sus competidores sino los cambios tecnológicos los que han hecho cimbrar su poderosa cobertura. Pero AMX se adapta rápido.

¿Es tiempo de que el IFT retire las regulaciones asimétricas a AMX? En medio de la Cuarta Transformación podría pensarse que sí, que hay que privilegiar al jugador nacional que tanto ha resistido el embate de la competencia, estoico y sacrificado. Soy nacionalista y me gusta la idea. Que sea AMX el jugador que acompañe al presidente López Obrador en su ambicioso y justificable proyecto de conectar a todo el territorio nacional. Por cierto, el Presidente ya se reunió con las empresas de este sector y mide fuerzas y registra el eco de su propuesta porque ha dicho que quiere el servicio casi casi gratis para espacios públicos y para los poblados más pequeños y marginados del país. Sin embargo, también soy consumidora y creo que ante la posición de un jugador preponderante sólo un mercado efectivo puede enfrentarlo en beneficio de la factura y acceso a las telecomunicaciones que todos merecemos. El IFT tendrá que resistir, una vez más, esas voces que presionan desde todas las posiciones. Es justificable que AMX busque terminar con estos candados pero también es natural que los competidores y, sobre todo, los consumidores pidamos reconsiderar toda decisión que afecte lo que ya ganamos: servicios más baratos y mejores precios. Incluso, del propio AMX que busca conservar a sus clientes que, como yo, seguimos prefiriendo  su servicio de internet, la posibilidad de pagar en su gran red de oficinas y sucursales. En fin, que la competencia nunca se equivoca.

claudiavillegas @revistafortuna.com.mx
Twitter: @LaVillegas1