Cultura

No debemos caer en la desesperanza como país, señala Isaac Hernández

Es posible mejorar nuestro futuro y participar es nuestra responsabilidad como jóvenes, añade el bailarín y primer mexicano reconocido con el Benois de la Danse/ Ofrece conferencia en el Tec de Monterrey

No debemos caer en la desesperanza como país, señala Isaac Hernández

No debemos caer en la desesperanza como país, señala Isaac Hernández

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Es importante tener metas, poder cumplirlas, soñar y poseer una visión a futuro, pero lo más significativo es tener un propósito en la vida que vaya más allá de tus propias necesidades, expresó Isaac Hernández, bailarín principal del Ballet Nacional de Inglaterra y primer mexicano reconocido con el Benois de la Danse en 2018, en su participación en Vibrart Arts & Culture Festival 2021 del Tecnológico de Monterrey.

“Es importante no caer en la desesperanza como jóvenes, como país, con tanto potencial humano. Necesitamos comprometernos con metas, con propósitos compartidos y creer en nuestro país, en nuestra sociedad y nuestros principios. Es posible mejorar nuestro futuro y participar en ello es nuestra responsabilidad”.

Lo anterior, añadió, lo aprendió de su padre a los 8 años y medio, cuando practicaba ballet en el patio de su casa con el único deseo de bailar. “Cuando iniciamos esas clases, para mí el ballet significaba un momento de cercanía con mi padre y con mis hermanos; aprendíamos sobre la vida de mi papá, él nos contaba anécdotas, nos alimentaba la imaginación y trataba de compartirnos la ilusión de sentir que volaba en cada salto”.

De esta forma, llegó a sentir que el cuerpo no tiene límites, que podía hacer cosas extraordinarias. “Eso alimentaba mucho mi curiosidad y deseo de seguir conociendo más sobre el ballet, aunque en ese momento no lo consideraba como un arte ni tenía el entendimiento para saber sobre la interpretación o el desarrollo del personaje, pero lo que sí entendía era que las dinámicas eran fascinantes y que cuando haces ciertas cosas y puedes ser honesto contigo mismo, hay resultados positivos”.

No obstante, su familia tenía recursos limitados y cada oportunidad para Isaac representaba un sacrificio para su familia. “A los 8 años y medio, seis meses después de haber empezado a bailar, comencé a ir a competencias estatales, nacionales y después internacionales. Me llegó la oportunidad de ir a una competencia a República Dominicana donde no tuve buenos resultados”.

“Cuando regresé de este tropiezo me daba mucha vergüenza con mi papá porque me sentía responsable de no haber tenido un mejor desempeño. En ese momento era difícil para mí discernir dónde me había distraído o lo que había pasado, pero sí sabía que no quería volver a pasar eso nunca más en la vida. Mi papá me dijo que si ese era el caso debía ir a otras competencias y no dejar dudas de que había ganado”.

Fue entonces que tomó una de las primeras decisiones difíciles de su vida, pues implicaba dejar sus otras pasiones como el tae kwon do y el ámbito deportivo. “Fui enfocando mi tiempo y mi prioridad en el ballet clásico porque era lo que más me apasionaba y requería de mi atención. Tomamos la decisión que nos íbamos a preparar para ser los mejores en el ballet clásico”.

Esa decisión cambió su vida y la de su familia conformada por sus padres y sus diez hermanos. Su papá le hizo entender que tristemente iba a tener que dejar México porque no había las herramientas adecuadas que lo prepararan para tener una carrera internacional. “Mi padre me dijo: tenemos unos años aquí en casa, vamos a hacerlo de la mejor manera posible para que cuando llegue la oportunidad de irte a estudiar a otro lugar te lleves una base sólida de tu técnica”.

“A la par, me dio una serie de principios muy sólidos para poder permitirme vivir solo a una temprana edad, tomar decisiones lo más coherentes posibles y ver la vida de una forma que me permitiera ver por los demás. De entender que es importante tener metas, cumplirlas, tener sueños, una visión a futuro, pero que lo más importante es tener un propósito en la vida. Un propósito que vaya más allá de tus propias necesidades”.

En ese momento, explicó, sus metas eran muy concretas, pues se limitaban a hacer una competencia en Nueva York y otra que calculaba podría realizar en los 16 años, pero en ese momento no sabía ni dónde iba a estudiar, lo que cambió con la competencia en Nueva York, en donde las mejores escuelas se estaban peleando por llevarlo a estudiar con ellos.

“Me siento verdaderamente afortunado de haber encontrado a personas que creyeron en el sueño de un niño de 8 años y ahora me pregunto, sabiendo lo que puede suceder cuando crees en el sueño de un niño, cuanta gente está dispuesta a apostarle a un niño de 8 años que quiere ser bailarín de ballet. La realidad es que muy poca, eso algo que estoy trabajando por cambiar en nuestro país, que cada vez haya más confianza en sueños jóvenes. Si te dedicas a lo que te apasiona, eres imparable y encuentras la manera para que sea posible”.

Isaac aceptó una beca en Filadelfia y a los 13 años se fue a vivir a Estados Unidos con su hermana, “me convierto en el primer hombre extranjero en ganar medalla de oro en la competencia de Cuba, gano el gran premio en Nueva York y después sufro una hernia discal en la parte baja de la espalda que me deja un año sin poder bailar. Con esto vienen una de las grandes pruebas a la que me enfrento porque cuando me fui de mi casa el gran propósito era bailar”

“Todos mis sueños, mis propósitos, mi identidad, comenzaron a caerse con la posibilidad de no volver a bailar nunca más”, pero después de un año regresó al salón de ballet, sabiendo que tampoco quería volver a sentir esta situación nunca más. “Ya no regresé sintiéndome particularmente especial, sino con gratitud de poder estar ahí, de volver a empezar, construir mi fuerza, mi cuerpo, retomar confianza y saborear esa libertad que solamente llega con un trabajo extraordinario”.

“Ese propósito cambió mi vida y le dio un sentido extraordinario. Me llevó a entender que todos los seres humanos tenemos un propósito en la vida, en esta generación que se está enfrentando a tantos obstáculos y que esta situación, única, demanda la mejor versión de nuestra generación”.