Corea del Norte se retiró ayer de la oficina de enlace que compartía con el Sur, en una nueva muestra del deterioro del diálogo entre Pionygang y la comunidad internacional tras la fallida cumbre entre Kim Jong-un y Donald Trump en Hanói, Vietnam, sobre desnuclearización.

En el marco de una reunión de delegados de las dos Coreas en la oficina, el Norte anunció de golpe que retiraría de inmediato a sus representantes de las instalaciones por “instrucción directa de la autoridad superior”, según un comunicado del Ministerio sureño de Unificación.

La decisión no fue sorpresiva, si se tiene en cuenta que las reuniones como la de ayer debían celebrarse cada viernes pero la última había sido el 22 de febrero.

SANCIONES EFÍMERAS. Por otro lado, Trump canceló ayer por sorpresa las últimas sanciones económicas que el departamento del Tesoro de EU había impuesto el jueves a Pyongyang.

El mandatario aseguró en Twitter que ordenó “la retirada de esas sanciones adicionales” contra Corea del Norte, que iban contra dos navieras chinas por ayudar a Corea del Norte con el abastecimiento de petróleo.

Minutos después del tuit, la vocera presidencial, Sarah Sanders, aseguró que “al presidente Trump le gusta el líder” norcoreano, Kim Jong- un, “y no cree que estas sanciones sean necesarias”.