Al menos 57 presos murieron este lunes después de un nuevo y sangriento enfrentamiento entre dos facciones criminales rivales en una remota cárcel del interior del estado amazónico de Pará, ubicado en el norte de Brasil.

Al término de más de cinco horas de motín, las autoridades confirmaron que al menos 52 reclusos del Centro de Recuperación Regional de Altamira, en el sudeste del estado, habían muerto, pero el diario brasileño Folha de Sao Paulo elevó la cifra a 57 en la tarde. Con esta actualización, la matanza de ayer ya es la mayor del año en cuanto a motines carcelarios, unos sucesos tristemente habituales en los presidios brasileños.

La matanza supera la ocurrida en mayo, cuando una cadena de enfrentamientos en cuatro diferentes cárceles del Estado de Amazonas dejó un saldo de 55 muertos en menos de 48 horas en la capital de Manaos, también en el norte de Brasil, país con más reclusos en el mundo (730 mil), detrás de Estados Unidos y China.

De los fallecidos ayer en Pará, 16 fueron decapitados, y los otros 36 muertos perecieron asfixiados a raíz del humo que se propagó por diversos espacios del complejo carcelario después de que los atacantes se encerraran en un salón e incendiaran, primero varios colchones, y luego el local.

“Fue un ataque localizado y orientado a exterminar integrantes de una facción rival. Ellos (los atacantes) entraron, mataron y prendieron fuego”, según afirmó el jefe de la Superintendencia del Sistema Penitenciario de Pará (Susipe), Jarbas Vasconcelos.

La Susipe detalló que la pugna comenzó sobre las 7 de la mañana, hora local, cuando los carceleros servían el desayuno. Minutos después, presidiarios de un segundo pabellón, quienes pertenecen a una facción criminal con ramificaciones en todo Brasil, irrumpieron en el local e iniciaron un ataque con “armas artesanales”, en su mayoría cuchillos, contra los integrantes de la organización rival, más implantada localmente.

Durante la acción, dos agentes carcelarios fueron capturados como rehenes, pero fueron liberados horas después sin heridas de gravedad.

Al menos otras dos personas resultaron heridas y fueron ingresadas en un hospital de las cercanías del centro de reclusión de Altamira, ubicado a unos 850 kilómetros de la capital de Pará, Belém.