Opinión

Nuevo Presidente vaticano para el Diálogo Interreligioso

Nuevo Presidente vaticano para el Diálogo Interreligioso

Nuevo Presidente vaticano para el Diálogo Interreligioso

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El diálogo ecuménico e interreligioso se hace cada vez más necesarios en un mundo globalizado, en donde la intolerancia y el terrorismo han venido en aumento cobrando vidas inocentes de personas a causa de su fe. El cristianismo es la religión más perseguida, aun en nuestro siglo XXI, de acuerdo a los tres informes sobre libertad religiosa que se realizan en el mundo: el del Congreso de los Estados Unidos, Open Doors y el de Ayuda a la Iglesia Necesitada.

En fechas recientes, el papa Francisco designó como nuevo presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso a Miguel Ángel Ayuso Guixot, de 66 años, en sustitución del cardenal Jean-Louis Tauran, fallecido en julio de 2018. El nuevo funcionario de la Santa Sede se desempeñaba como secretario de dicho Dicasterio (oficina), y cuenta con amplia experiencia, pues ha sido misionero comboniano en países como  Egipto y Sudán.

Él nació en Sevilla, en 1952. Fue ordenado el 20 de septiembre de 1980. Obtuvo la licenciatura en estudios Árabes e Islámicos en Roma en 1982 y el doctorado en Teología Dogmática en la Universidad de Granada en el año 2000.

Desde 1989 ha sido profesor de islamología en Jartum, Sudán, y luego en El Cairo; profesor en el Pontificio Instituto de Estudios árabes e Islámicos, institución que dirigió hasta el 2012, y en este tiempo, promovió y presidió varios encuentros de diálogo interreligioso.

El 30 de junio de 2012, Benedicto XVI lo nombró secretario del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, y el papa Francisco lo designó Obispo Titular de Luperciana, y lo consagró en marzo de 2016.

Este nombramiento coincide con la celebración del mundo islámico del Ramadán, que dio inicio el 5 de mayo, y que es uno de los cinco grandes pilares de esta religión. El Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso envió a los musulmanes un mensaje titulado: Cristianos y musulmanes: promover la fraternidad humana; el texto se dio a conocer el 10 de mayo y en él se indica que el Ramadán, dedicado al ayuno, la oración y la limosna, “es también un mes para reforzar los lazos espirituales que compartimos en la amistad entre cristianos y musulmanes”.

Haciendo referencia al documento sobre la fraternidad humana firmado en Abu Dhabi por el Papa y el Gran Imán de Al-Azhar, se destaca que “nuestras religiones nos invitan a permanecer anclados en los valores de la paz; a sostener los valores del conocimiento recíproco, de la fraternidad humana y de la convivencia común; a restablecer la sabiduría, la justicia y la caridad", y enfatiza que cristianos y musulmanes “estamos llamados a abrirnos a los demás, conociéndolos y reconociéndolos como hermanos y hermanas. De esta manera, podemos derribar los muros levantados por el miedo y la ignorancia y tratar juntos de construir puentes de amistad que son fundamentales para el bien de toda la humanidad".

Este mensaje anima a cultivar “en nuestras familias y en nuestras instituciones políticas, civiles y religiosas, una nueva forma de vida en la que se rechaza la violencia y se respeta a la persona humana”.