Opinión

Nunca más animales en los Circos

Nunca más animales en los Circos

Nunca más animales en los Circos

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El terrible México injusto se ha despertado nuevamente, ahora especialmente

yendo contra mujeres y niñas, lo que obliga a que

por solidaridad y sensatez… por respeto básico… deban limitarse

y cuidarse al extremo actos, imagen y palabras por parte de

quienes nos gobiernan, ya que aunque cada quien es libre de

decir y de hacer lo que le venga en gana durante sus momentos

de descanso, no dejó de sorprender la presencia del general

secretario Luis Cresencio Sandoval González, el pasado

domingo, en la plaza de toros, por ser EL SÍMBOLO de la abusiva

violencia que se ejerce sobre seres desamparados, y que para la

fecha no se limitó a los bovinos, sino que abarcó también a dos

caballos de los “picadores”.

Se cuenta que quien verdaderamente está detrás de la reforma con la que se pretende derogar el tercer párrafo del Artículo 78 de la Ley General de Vida Silvestre —por el que se determina la prohibición para el “uso de ejemplares silvestres en circos"— es el diputado morenista por Coahuila Armando Guadiana Tijerina, que está conduciéndose a través de la advenediza diputada proponente María Eugenia Hernández Pérez, del mismo movimiento, más, verdad o falsedad, ambos y los bisoños legisladores que los acompasan, deben tomar en cuenta que debates suficientes o no (a su parecer), está de por medio el cons-ti-tu-cio-nal PRINCIPIO DE PROGRESIVIDAD obligado para toda ley, mayormente cuando la propuesta desarmoniza e incluso va en contradicción, ya no se diga con la tendencia mundial sino con un resto de normas legales locales, que aun teniendo lagunas u omisiones no pueden ser afectadas con actos regresivos que, como sería el caso, afectarían incluso un derecho humano garantizado que nos permite y hasta obliga la protección de la fauna silvestre, sin omitir que específicamente por este (mal) “uso" de los animales en espectáculos, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ya tiene pronunciamiento. En la conferencia de medios que organizó para anunciar su propósito, la legisladora aseguró “creer" que para el 2014 no hubo suficiente debate para el dictamen, conviniéndole, ahora sí, traer a colación a los malos neoliberales del pasado, citando que no se tomó en cuenta la opinión del entonces (nefasto) titular de la Profepa, quien optaba por regular el tema aun en conciencia de la incapacidad de esa Procuraduría para vigilarlo. La doña refirió, como si la suya viniera del cielo, que fue una iniciativa impulsada por el Partido Verde Ecologista de México, como efectivamente lo fue (aunque mal redactada y peor dispuesta), pero, entiéndase que respaldada por una muy amplia mayoría ciudadana convencida del respeto y el deber moral que tenemos hacia nuestro prójimo animal. Sólo hay que echarle ojo a las encuestas, pese a que los cirqueros contaron con gran apoyo en medios y no por parte de cualquier periodista, sino de un Carlos Marín en Milenio Diario y Milenio Televisión y un Sergio Sarmiento que igualmente los apuntaló en sus múltiples espacios. Para esto…Ma. Eugenia concede generosamente la factibilidad de que para obtener democráticamente la derogación se establezca una discusión vía Parlamento Abierto, lo que además de resultar un desgaste ­inútil, no se entenderá a partir de que tanto el coordinador de MORENA en la Cámara de Diputados (Mario Delgado) como su contraparte en la de Senadores (Ricardo Monreal), son personajes abiertamente convencidos, preocupados y ocupados en lograr mejores condiciones para la fauna en general.

Argumentos irrefutables para el rechazo del preciso proyecto sobran. Está la imposibilidad de ejercer férreo control y vigilancia sobre los circos, al tratarse de espectáculos itinerantes que incluso comparten y trafican ejemplares entre ellos. Por lo mismo no es viable tampoco cumplir con los espacios, horario y manejo que permitan mantener a los animales bajo bienestar y, al obligarlos a ejercer actos contra su naturaleza, se contraviene el ordenamiento de darles trato digno y respetuoso o…

Explíqueme la instruida señora diputada, a la que ni por asomo se le conoce acción en la materia, cómo es que logran, por las buenas, que los tigres pasen por un aro de fuego, tratándose de un elemento al que le temen instintivamente o, sobre las consecuencias de forzar a un elefante a que se pare sobre un banquito, y capaz que logro entenderlo. A esto hay que sumarle cuánto les llevaría reiniciar la infamia al estar, según ellos mismos, el 80 % de sus animales muerto y el resto formalmente cedido.

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