A partir de enero de 2021, circular en carro privado de Central Park a Wall Street costará unos once dólares. Si lo hace en camioneta, el precio se disparará a 25 dólares. Nueva York se convertirá así, en el plazo de dos años, en la primera gran ciudad de Estados Unidos en aplicar un sistema de peaje en su zona central, como ya ocurre en el centro de Londres desde hace más de una década, y en el centro de Madrid desde hace dos semanas.

No todos están felices con los mil millones que se recaudarán para mejorar la congestionada red de metro, una coalición cívica del distrito de Queens denuncia que muchos de sus residentes no pueden permitirse este cobro, que asegura tendrá un impacto negativo en la clase trabajadora. También han protestado taxistas y compañías de servicios a domicilio.

“Esto es un impuesto contra la gente que simplemente tiene el descaro de viajar por su propia ciudad”, dijo durante la votación el senador republicano Andrew Lanza al oponerse a la medida.

Otras ciudades con problemas de tráfico, como Los Ángeles y San Francisco, ya han anunciado que estarán atentas a la experiencia piloto en Nueva York para decidir si implementan o no un sistema de peaje parecido.