Al menos ocho personas murieron y otras 35 se encuentran desaparecidas tras el derrumbe parcial, este lunes, de un edificio de viviendas en la localidad de Magnitogorsk, en la región de los Urales, según los últimos datos ofrecidos por las autoridades locales.

Al parecer, una explosión de gas en el edificio, construido en 1973, ocasionó el derrumbe.

“Desde el comienzo de la operación de rescate desde debajo de los escombros se han sacado 12 personas, de ellas siete murieron y cinco se salvaron” dijo un portavoz del departamento de Emergencia regional, citado por la agencia Interfax.

Las autoridades advirtieron que debido a las bajas temperaturas, del orden de los 20 grado bajo cero, las posibilidades de hallar sobrevivientes se reducen rápidamente. Por ello, los rescatistas usan cañones de aire caliente para elevar la temperatura en la zona de los escombros.

Pese al frío, ayer, más de un día y medio después del derrumbe, lograron encontrar viva a una bebé de once meses que lloraba entre los escombros. La pequeña tienen un traumatismo craneoencefálico, hipotermia y quemaduras provocadas por el frío, y las autoridades se plantean trasladarla a Moscú para su tratamiento.