Cultura

Olimpismo... la reivindicación de Clark Flores

Exposición. Debemos aprovechar las enseñanzas de esta actividad y de su organización, señala Rafael García Garza, subdirector del Grupo Editorial Crónica, quien presentó su libro Olimpismo. Épica de la esperanza. La publicación relata la historia desde los griegos, así como su desarrollo en el país, especialmente cuando fue sede, en 1968

Exposición. Debemos aprovechar las enseñanzas de esta actividad y de su organización, señala Rafael García Garza, subdirector del Grupo Editorial Crónica, quien presentó su libro Olimpismo. Épica de la esperanza. La publicación relata la historia desde los griegos, así como su desarrollo en el país, especialmente cuando fue sede, en 1968

Olimpismo... la reivindicación de Clark Flores

Olimpismo... la reivindicación de Clark Flores

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La historia del olimpismo es una fuente siempre renovada y fecundante de lecciones. Una reflexión profunda de esta epopeya humana de más de 2 mil 700 años, que persigue la salud en cuerpo y mente, conduce a comprender que problemas sociales aparentemente lejanos, como el combate a la violencia o la contención de epidemias de salud pública pueden encontrar respuestas y consejos en diferentes capítulos del deporte, especialmente en su expresión más compleja y depurada: el olimpismo.

Éstas fueron algunas de las ideas expuestas por el abogado Rafael García Garza, ex coordinador general del Comité Olímpico Mexicano; subdirector del Grupo Editorial Crónica y autor del libro Olimpismo. Épica de la esperanza, publicado por Plaza y Valdés Editores, y presentado la noche de ayer en el Centro Asturiano de la Ciudad de México.

“El deporte no es sólo dinero, sobre todo es organización. Hoy en México contamos con instituciones que fueron construidas por grandes hombres, a lo largo de muchos años; contamos también con instalaciones que fue difícil edificar. Todo eso nos puede ayudar para atender a niños y jóvenes que requieren deporte para encarar problemas tan graves como la epidemia de obesidad o la fuerte atracción que ejercen los sicarios hacia esas personas jóvenes. Debemos aprovechar el deporte y lo que nos enseña sobre organización”, dijo el escritor que, en 1961, siendo un joven estudiante de la Preparatoria 5 de la UNAM, se enroló en el movimiento olímpico, siguiendo a uno de los principales impulsores de que México se convirtiera en sede de la olimpiada de 1968: el general José de Jesús Clark Flores.

Noche de recapitulaciones y de concentración de fuerzas, la presentación de Olimpismo reunió a mexicanos que, en diferentes momentos, excitaron y alentaron el ánimo nacional: el clavadista Carlos Girón, héroe de plata en los complejos Juegos Olímpicos de Moscú 1980; el luchador greco-romano, Daniel Aceves, gloria de plata en las olimpiadas de 1984, en Los Ángeles; el también medallista de bronce en clavados, Jesús Mena, entrañable figura mexicana en las olimpiadas de Seúl 1988.

También en ese encuentro estuvieron el actual presidente del Comité Olímpico Mexicano, Carlos Padilla Becerra; el exsecretario de Gobernación Alfonso Navarrete Prida, y Jorge Kahwagi Gastine, director general y presidente de Grupo Editorial Crónica.

Deportistas, fundadores, dirigentes, autoridades y periodistas participando en una noche que facilitaba recordar el texto de Octavio Paz que indica: “Sin el peso del pasado, el futuro se vuelve aire y se desvanece. Sin el soplo del futuro, el pasado se vuelve piedra y nos aplasta”.

Escribir un libro es oponerse al formidable enemigo que es el olvido, por eso García Garza consideró éticamente correcto dedicar su libro de 170 páginas a la memoria del general e ingeniero José de Jesús Clark Flores.

“Poco se ha reconocido al general Clark Flores, quien logró que se otorgara a México la organización de los Juegos Olímpicos, con apoyo de las autoridades del país, pero también con un gran apoyo de los mandos del Ejército Mexicano”, indicó Rafael García Garza al recordar que la visita del general Clark Flores a las preparatorias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) fue un hecho fuera de serie, incluso a principios de los años sesenta, pero la gran inteligencia, cultura y capacidad de expresión de este militar permitió convertir a los universitarios en aliados del olimpismo.

“Tengo la convicción de que México conseguirá la sede de los Juegos Olímpicos de 1968 y los deportistas de talla internacional que presentará nuestro país saldrán de las universidades y del Ejército”, decía el general que desde 1941 impulsaba la formación de equipos de basquetbol entre las tropas del Ejército, para alejarlos de las cantinas, donde dilapidaban su dinero y tiempo libre.

Y lo que dijo se cumplió: en 1964 se anunció que México sería sede de las olimpiadas de 1968; la delegación nacional obtuvo nueve medallas olímpicas e impuso una marca no superada hasta ahora, y fueron los jóvenes universitarios y militares quienes trajeron esas glorias, recordó García Garza, quien llegaría a ser secretario de las delegaciones olímpicas mexicanas en 1968 y 1972.

El libro no se limita al olimpismo mexicano, presenta una mirada amplia de este movimiento, desde su origen en la antigua Grecia, 700 años a. C., hasta el vertiginoso arranque del siglo XXI. Plantea problemas como la bipolar relación entre comercialización del deporte y obtención de proezas físicas cada vez más sorprendentes, señalada por Rafael Cardona y Alejandro Ramos, durante la presentación.

El volumen es un compendio, un panorama de una de las expresiones más significativas del tránsito humano por el tiempo: el deporte, avenido en olimpismo; un terreno donde más que el dinero, lo que conduce al éxito es una buena organización.